Actualmente los aeropuertos y centros de transporte que mantienen conexión con los países donde se han registrado brotes del virus ponen medidas de seguridad adicionales como el escaneo de la temperatura corporal de los pasajeros para poder detener inmediatamente su propagación.
Esto puede conducir a un gran número de muertes horribles
"Sería mucho más peligroso que un grupo terrorista pudiese de alguna manera conservar el virus y hacerlo explotar como una bomba en un lugar público lleno de gente. Esto puede conducir a un gran número de muertes horribles", explica Walsh.
Según el experto, un virus del Ébola de semejante potencia ahora existe solo en unos pocos laboratorios que están protegidos contra cualquier intrusión. Por lo tanto, los terroristas buscarían la oportunidad de aprovechar la zona donde el virus se propaga solo, como en África Occidental, donde el número de víctimas mortales ya ha alcanzado 887.
De acuerdo con la comunidad médica, a día de hoy no existe un tratamiento eficaz ni una vacuna contra el ébola, que causa la muerte del infectado en el 90% de los casos. Los primeros síntomas son indistinguibles de la gripe o de un resfriado: fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y de garganta. Sin embargo, la enfermedad se desarrolla muy rápido y pronto el portador del virus sufre una hemorragia masiva interna y externa, incluyendo nariz, ojos y oídos, y todos los órganos internos dejan progresivamente de funcionar.