Más de 1.800 palestinos han muerto y casi 10.000 han resultado heridos desde el inicio de la operación Borde Protector, lanzada por Israel contra la Franja de Gaza hace ya cuatro semanas. Según las Naciones Unidas, los ataques israelíes han matado a 300 niños. Además de hogares y escuelas, las bombas lanzadas por el Ejército de Israel han alcanzado también algunos hospitales, asegura un artículo publicado por la BBC.
Algunos periodistas y médicos en Gaza afirman que debido a la falta de espacio en las morgues, los cadáveres de cuatro niños palestinos que han fallecido en la ofensiva han sido depositados en una nevera para helados. En Twitter circulan algunas imágenes de estos menores.
"La escala de la carnicería en Gaza excede totalmente la capacidad del sistema de salud", explicó a la agencia AFP el doctor Ghassan Abu Sitta, cirujano plástico de la Universidad Americana en Beirut que llegó a Gaza gracias a la organización Ayuda Médica para los Palestinos.
Según Abu Sitta, la mayoría de las heridas que debe tratar son muy graves. "Calculo que cerca del 70% de los heridos quedarán discapacitados, su vida jamás será la misma", lamentó.
El cirujano relató que en una ocasión tuvo que operar a un niño de 8 años cuya familia había muerto. El menor perdió la vista y fue necesario reconstruirle el rostro.
"No tiene futuro, y todo el tiempo pregunta por qué se apagó la luz", relató el médico.
"Hacemos todo lo que podemos pero muchas veces las heridas de los pacientes son tan profundas que debemos dejarlos morir para centrarnos en aquellos que podemos salvar", relató a la cadena británica Michele Beck, del equipo de Médicos Sin Fronteras en Gaza.