Además, según la página web del Ayuntamiento, de la ciudad no se puede retirar la basura, lo que la ha puesto al borde de la catástrofe ecológica. Asimismo, se ha detenido el suministro de cloro a las instalaciones de abastecimiento de agua que se encuentran en la zona de los enfrentamientos armados. Debido a ello, al sistema de abastecimiento de aguas de Lugansk entra agua que no ha sido desinfectada.
"Debido a los continuos ataques [del Ejército ucraniano] los empleados de los servicios públicos no pueden mantener ni las infraestructuras más básicas", informa el comunicado del Ayuntamiento.
Un cuarto de millón de habitantes
de Lugansk y sus alrededores se han quedado sin electricidad. Los expertos no pueden restablecer las comunicaciones debido a las hostilidades en la zona.
Según el comunicado, en la ciudad ya casi se han agotado los alimentos. "Uno de los problemas más graves de la ciudad es la escasez de medicamentos: los residentes no pueden adquirir las medicinas necesarias, solo unas pocas farmacias siguen funcionando", indican las autoridades de Lugansk.
Debido a los ataques de los militares ucranianos quedaron parcialmente destruidos los cuatro hospitales y tres clínicas de la ciudad donde eran tratados los heridos a consecuencia de los ataques contra civiles.
"Actualmente en Lugansk 250.000 civiles se han convertido en rehenes de esta trágica situación, en su mayoría personas mayores y familias sin recursos para salir de la ciudad o que no tienen adónde ir", concluye el comunicado.