"No es verdad que se emplee armamento extranjero", aseguró en un comentario concedido a la agencia de información RIA Novosti el portavoz del mando de la operación, Alexéi Dmitrashkovski. "Pero sobre la participación de personas de otros países en la operación antiterrorista se ha informado en más de una ocasión. Son ciudadanos de Italia, Georgia, Bielorrusia [...]. El Ejército de Ucrania no tiene maquinaria, carros de combate ni otro armamento procedente del exterior".
La única excepción son los visores térmicos y otros dispositivos ópticos que los militares ucranianos sí reciben del extranjero, agregó el oficial.
Anteriormente los milicianos de Donetsk y Lugansk denunciaron la presencia en los cuerpos de fuerza de un gran número de extranjeros, entre ellos ciudadanos de Polonia. El portavoz de la operación no ha podido confirmar o desmentir esta última información.
"No puedo responder exactamente, no tengo datos sobre en qué batallones hay extranjeros ni de qué país —señaló—. Puedo decir lo que se informó en los medios de comunicación. Lo demás hay que averiguarlo directamente en los batallones".
A mediados de julio la cadena BBC informó que uno de los soldados del batallón Azov, reclutado para reforzar las fuerzas militares en la operación de castigo, era un francotirador y ultranacionalista sueco. Centenares de los que están combatiendo en el frente este de Ucrania llegaron desde Siria, donde guerreaban contra las autoridades constitucionales, presididas por Bashar al Assad.