Una fuente en la Inteligencia de EE.UU. dijo al analista político Robert Parry que su hipótesis preliminar sugiere que el 17 de julio los complejos ucranianos Buk y los cazas de la Fuerza Aérea de Ucrania actuaron juntos en el derribo del Boeing de Malaysia Airlines creyendo que era un avión ruso.
La fuente de Parry añadió que la Inteligencia estadounidense señala como culpable al Gobierno ucraniano, pero no a sus figuras máximas, como el presidente, Piotr Poroshenko, o el primer ministro, Arseni Yatseniuk. Los analistas de Inteligencia sospechan que las responsables del derribo serían las llamadas 'fuerzas extremistas', "en particular podemos incluso hablar de la participación de un oligarca ucraniano que adoptó una postura agresiva y presta ayuda activa en la guerra contra los rebeldes de etnia rusa en el este del país". Se trata del oligarca Ígor Kolomoiski, de quien el parlamentario ruso Serguéi Nevérov también sospecha que dio órdenes directas al servicio de control de vuelos.
En referencia a la actitud de EE.UU. hacia la catástrofe del MH17, Parry subraya la brecha entre la reacción moderada de los analistas de Inteligencia y la histeria de Washington, que se hizo evidente durante las dos primeras semanas después del desastre en el territorio aéreo de Ucrania.
"Puede parecer cínico afirmar que Washington se enredó tanto en su propia propaganda que está dispuesto a permitir que los verdaderos asesinos de personas inocentes en Siria y Ucrania sigan impunes, solo para no tener que admitir sus errores. Sin embargo, las autoridades a menudo se comportan así, porque para ellas no hay nada más importante que su propia reputación", resume Parry, citado por 'Consortium News'.