Durante una conversación telefónica con Barroso, Putin hizo énfasis en las consecuencias catastróficas de la operación militar de Kiev en el oeste de Ucrania y la necesidad de enviar ayuda humanitaria a la zona de conflicto, informó el Kremlin en su página oficial.
Por su parte, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, señaló que "da la sensación de que el objetivo de la operación de castigo de Kiev es arrasar el este de Ucrania y obligar a la gente rusohablante a abandonar esa zona".
"Rusia acordó con Kiev y con el Comité Internacional de la Cruz Roja proporcionar ayuda humanitaria en el este de Ucrania y esperamos que en Occidente nadie impida este proceso", recalcó Lavrov.
Como señaló el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, si es verdad que los líderes occidentales renunciaron a proporcionar asistencia humanitaria al este de Ucrania sería "un cinismo flagrante", dijo.
Por otra parte, Lavrov tocó el tema de la desaparición del fotoperiodista de la agencia internacional Rossía Segodnia, Andréi Stenin, y expresó la esperanza de que "se pondrá fin a los intentos de restringir la libertad de prensa" en Ucrania.
El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, ha anunciado que el ministerio ruso de emergencias supervisará el envío de la ayuda humanitaria a Ucrania, que en un futuro próximo se dirigirá al país vecino, subrayando que "no se trata de ninguna intervención militar".
El Ejército ucraniano sigue bombardeando el sudeste de Ucrania mientras la zona está abocada a una catástrofe humanitaria. "La situación en Ucrania horroriza, lo siento por los niños, por la gente, sin duda alguna hay que salvarlos a todos", señalan en la Cruz Roja en Rusia.