El Sumo Pontífice resaltó que es la comunidad internacional, y no solo un país, la que debe determinar cómo intervenir.
"Detener al agresor injusto es lícito. Pero debemos tener memoria; cuántas veces bajo este pretexto de detener al agresor injusto las potencias se han adueñado de los pueblos y han hecho la guerra de conquista. Una sola nación no puede juzgar cómo se detiene a un agresor injusto", señaló el papa, citado por AP.
Recordó que "detener al agresor injusto es un derecho que la humanidad tiene, pero también es un derecho que tiene el agresor de ser detenido, para que no haga mal".
El papa también dijo que él y sus asesores estaban considerando la posibilidad de visitar el norte de Irak para mostrar su solidaridad con los cristianos de las minorías perseguidas. Pero subrayó que la decisión definitiva aún no ha sido adoptada.
Anteriormente el Vaticano se opuso vehementemente a cualquier intervención militar en Irak; Juan Pablo II intentó activamente poner fin a la guerra en ese país. Pero la Santa Sede ha estado mostrando cada vez más apoyo a la intervención militar en Irak, dado que recientemente los cristianos se han convertido en un objetivo directo de exterminación por los islamistas a causa de su fe.