Según dijo un portavoz del Ministerio de Defensa ruso, citado por la agencia Itar-Tass, las pruebas de tiro forman parte de un simulacro táctico y suponen el lanzamiento de dos tipos de blancos balísticos diseñados para imitar la invasión de distintos aparatos aéreos enemigos y su desplazamiento por encima del territorio de Rusia para interceptarlos a continuación.
En los simulacros toman parte las baterías y regimientos responsables de la defensa antiaérea de Moscú y la región industrial central de Rusia, al igual que las unidades del sur del país, especificó el oficial. 800 efectivos de las tropas de defensa aeroespacial manejan y mantienen operables todos estos sistemas de armamento.
"Tres regimientos de fuerzas antiaéreas armados con los sistemas С-400 Triumf y С-300 Favorit se entrenan para disparar durante la marcha", agregó el portavoz. A modo de objetivos móviles los militares usan los blancos balísticos Kabán ('jabalí') y balísticos Pischal ('cañón de mano'), contra los que se impacta a alturas distintas.
Durante los ejercicios se pondrán a prueba asimismo los vehículos con complejos antiaéreos Pantsir-S1, bautizados por los expertos de la OTAN como SA-22 Greyhound, los radares con capacidades de detectar los objetos aéreos enemigos a una distancia de hasta 600 kilómetros y a las alturas de alcance superiores a 100 kilómetros.
Para trasladar a la provincia de Astracán toda la maquinaria implicada y el personal necesario el Ejército formó siete convoyes ferroviarios y usó tres aviones de transporte pesados del modelo Il-76.