El gendarme, ¿el nuevo rostro de México?

México cuenta con un nuevo cuerpo policial que acaba de ser abanderado en una solemne ceremonia y comienza a operar el lunes próximo: la Gendarmería Nacional. Los defensores de los derechos humanos ya tocan a rebato frente a posibles abusos.
A los 5.000 gendarmes ya contratados se les encarga proteger las actividades económicas en el país, ya sean agrícolas, ganaderas, mineras, o del sector del turismo, el comercio o las infraestructuras. En los recientes meses pasaron una amplia capacitación en distintas áreas: unos efectivos aprendieron a montar el caballo, mientras que otros se entrenaron para las operaciones especiales.

"Los mandos de la Gendarmería Nacional han sido entrenados en México y el extranjero con asesoría de los Gobiernos de Francia, Colombia e Israel", agregan desde el Centro de Análisis e Investigación Fundar.

Hoy presenté y abanderé la nueva división de #Gendarmería de la @PoliciaFedMx, uno de mis compromisos por México pic.twitter.com/NOfR7NE15p

— Enrique Peña Nieto (@EPN) agosto 23, 2014
 
Su tarea prioritaria será fortalecer el control territorial en los municipios con mayor debilidad institucional e inseguridad. Pero la División de Gendarmería de la Policía Federal también contará con unidades de proximidad turística. Otras estarán de guardia en terminales marítimas, aeropuertos y pasos fronterizos, lo que convierte el nuevo cuerpo de fuerza en el auténtico rostro de la nación mexicana para los viajeros.

Los criterios de selección aplicados a los 130.000 aspirantes a integrar la Gendarmería confirman que la división de élite fue concebida en un principio como la nueva cara de México. Solo se admitieron a hombres y mujeres de entre 18 y 37 años de más de 1 metro 65 centímetros (los hombres) y más de 1 metro 60 centímetros (las mujeres) y sin sobrepeso.

Desde que el presidente Enrique Peña Nieto planteó la idea de conformar un cuerpo de gendarmes en diciembre de 2012 se apostaba por la integración en el mismo de personal proveniente del Ejército y la Marina. Finalmente el mandatario optó por reclutar a ciudadanos mexicanos que nunca hubieran pertenecido a ninguna fuerza policial, sean exmilitares o no. Sin embargo, los mandos de la Gendarmería son policías federales seleccionados por su trayectoria y perfil, señala la Presidencia. 

El Ejecutivo parece haber previsto hasta los más mínimos detalles de la organización y el diseño del nuevo cuerpo policial, lo cual se refleja en la insólita diversidad de los gorros para distintos agrupamientos: unos al estilo francés y otros a lo estadounidense.

La #Gendarmería viste uniformes característicos y comparte el símbolo de @PoliciaFedMx pic.twitter.com/MER0Smnvm6

— Gobierno República (@gobrep) agosto 22, 2014

El coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, David López, dice como un hecho demostrado que "la Gendarmería se caracteriza por su cercanía con los ciudadanos". El propio presidente se limita a mostrarse optimista al respecto: "El primer reto de la Gendarmería es construir una relación de respeto y confianza con las comunidades donde sea asignada", según dijo en la inauguración. 

No obstante, los organismos no gubernamentales pusieron en duda, en los primeros comentarios hechos públicos, el propio contacto con la población y  específicamente las herramientas de control social, que las normativas introducidas este viernes no estipulan. 

El centro Fundar destaca también el reto que suponen la corrupción y las violaciones a los derechos humanos, prácticas difundidas dentro de las instituciones policiales. A su juicio, la puesta en marcha de una nueva corporación policial "reviste problemáticas en materia de derechos humanos". "La ausencia de marcos legales abre la posibilidad para la comisión de abusos graves", advierte el colectivo.

Las prácticas de corrupción y violaciones a #DDHH dentro de las instituciones policiacas son un hecho. Un reto para la #Gendarmería

— Fundar (@FundarMexico) agosto 22, 2014
 
El columnista Adrián Trejo, del sitio informativo Calle México, dice: "Peña cumplirá la promesa de entregar, en el segundo año de su administración, la Gendarmería Nacional, lo cual puede ser visto desde dos ópticas: la buena, que el Ejecutivo cumplió su palabra. La mala es que la situación de inseguridad sigue siendo tan delicada que aún y con magros avances es necesaria otra –¡otra!– policía".