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Cómo florece la industria del rastreo de móviles por parte de los gobiernos
Cada vez son más los gobiernos de todo el mundo que cuentan con sistemas que pueden rastrear en secreto la ubicación en el planeta de cualquier usuario de telefonía móvil y los fabricantes de estos sistemas se los venden.
Los servicios de inteligencia más poderosos del mundo, tales como la Agencia de Seguridad Nacional y el GCHQ británico, durante mucho tiempo han utilizado datos de la telefonía celular para rastrear objetivos en todo el mundo.
Pero, según escribe el portal de 'The Washington Post', los expertos advierten que hay nuevos sistemas de vigilancia que permiten a los gobiernos menos avanzados técnicamente rastrear a las personas en cualquier país con relativa facilidad y precisión. Entre ellos, por ejemplo, figura SkyLock, un sistema de rastreo celular vendido por la compañía Verint, con sede en Melville, Nueva York.
Los que disponen de este tipo de tecnología de vigilancia añaden un número de teléfono de usuario en un portal informático que a su vez recoge la información, incluso su localización, también con la participación de las compañías de telefonía celular. El sistema de vigilancia permite revelar la ubicación del usuario tanto dentro de algunos bloques en una zona urbana, como en algunas zonas rurales. Y luego se reúnen en secreto estos registros para mapear los viajes de las personas.
La publicación no revela cuántos gobiernos han adquirido estos sistemas de seguimiento, pero un funcionario de la industria que habló en condición de anonimato, dijo que docenas de países han comprado o arrendado dicha tecnología en los últimos años. Esta rápida propagación de la industria de la vigilancia que cuesta miles de millones de dólares hace que la tecnología de espionaje avanzada está disponible en todo el mundo.
"Cualquier dictador de poca monta que tenga suficiente dinero para comprar el sistema podría espiar a la gente en cualquier parte del mundo", dijo Eric King, director adjunto de Privacy International, un grupo activista con sede en Londres que advierte sobre el abuso de la tecnología de vigilancia. "Este es un gran problema", añade.
Los expertos en seguridad dicen que además de los gobiernos, los 'hackers' y diferentes bandas criminales también podrían utilizar esta tecnología de seguimiento.
En este contexto cabe recordar que es ilegal en muchos países rastrear a las personas sin su consentimiento o una orden judicial, pero no existe una norma jurídica internacional clara para rastrear en secreto la gente en otros países, ni tampoco existe una entidad global que tenga autoridad para vigilar posibles abusos.
Pero, según escribe el portal de 'The Washington Post', los expertos advierten que hay nuevos sistemas de vigilancia que permiten a los gobiernos menos avanzados técnicamente rastrear a las personas en cualquier país con relativa facilidad y precisión. Entre ellos, por ejemplo, figura SkyLock, un sistema de rastreo celular vendido por la compañía Verint, con sede en Melville, Nueva York.
Los que disponen de este tipo de tecnología de vigilancia añaden un número de teléfono de usuario en un portal informático que a su vez recoge la información, incluso su localización, también con la participación de las compañías de telefonía celular. El sistema de vigilancia permite revelar la ubicación del usuario tanto dentro de algunos bloques en una zona urbana, como en algunas zonas rurales. Y luego se reúnen en secreto estos registros para mapear los viajes de las personas.
La publicación no revela cuántos gobiernos han adquirido estos sistemas de seguimiento, pero un funcionario de la industria que habló en condición de anonimato, dijo que docenas de países han comprado o arrendado dicha tecnología en los últimos años. Esta rápida propagación de la industria de la vigilancia que cuesta miles de millones de dólares hace que la tecnología de espionaje avanzada está disponible en todo el mundo.
"Cualquier dictador de poca monta que tenga suficiente dinero para comprar el sistema podría espiar a la gente en cualquier parte del mundo", dijo Eric King, director adjunto de Privacy International, un grupo activista con sede en Londres que advierte sobre el abuso de la tecnología de vigilancia. "Este es un gran problema", añade.
Los expertos en seguridad dicen que además de los gobiernos, los 'hackers' y diferentes bandas criminales también podrían utilizar esta tecnología de seguimiento.
En este contexto cabe recordar que es ilegal en muchos países rastrear a las personas sin su consentimiento o una orden judicial, pero no existe una norma jurídica internacional clara para rastrear en secreto la gente en otros países, ni tampoco existe una entidad global que tenga autoridad para vigilar posibles abusos.
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