Soufan Group, una organización que proporciona servicios de inteligencia a gobiernos e instituciones, estima en un informe que entre estos 12.000 combatientes extranjeros que engrosaron las filas de la organización terrorista que opera en Siria e Irak, 3.000 proceden de países occidentales.
El comunicado, que se basa en los datos oficiales gubernamentales, sugiere que entre ellos hay 51 ciudadanos de España, cerca de 100 de EE.UU., 120 de Países Bajos, 250 de Australia, unos 250 de Bélgica, unos 400 del Reino Unido y más de 700 de Francia. Mientras tanto, la mayoría de los 12.000 combatientes son representantes del mundo árabe, gente de Oriente Medio y el Norte de África: más de 3.000 tunecinos, 2.500 saudíes, 1.500 marroquíes, unos 400 turcos, 200 argelinos, entre otros.
Según el reporte, la edad típica de un combatiente extranjero es entre 18 y 29 años, y la mayoría de ellos no tienen formación militar ni conocimiento del islam. Una parte de ellos son representantes de la segunda y tercera oleada de inmigrantes en Occidente. Así, la mayoría de los combatientes belgas tienen origen marroquí. Y el 6% de los provenientes de los países de la Unión Europea se convirtieron al islam más tarde.