La situación catastrófica del Gobierno de Ucrania, tanto en la economía como en su operación militar, ya llevaron a un punto sin retorno: ahora ninguna negociación podría llevar a un compromiso aceptable para todas las partes sin perder la cara, afirma Michael Stürmer, un periodista de la revista alemana 'Die Welt'.
El deseo de Kiev de incorporarse a la OTAN y recibir armas de Occidente parecería justificado, pero en realidad tendría "consecuencias explosivas" ya que contribuirían a una escalada del conflicto y al aumento del riesgo de una gran guerra, opina el periodista.
Mientras el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte presupone que cualquier ataque armado contra un miembro de la OTAN será considerado como un ataque dirigido contra todos y que todos los miembros asistirán al país atacado, en realidad es una norma vaga. 'Die Welt' cita al senador estadounidense John McCain que dijo que el texto del artículo puede significar cualquier cosa, "desde misiles nucleares hasta tarjetas postales con condolencias".
Pero el vigente secretario general de la alianza militar, Anders Fogh Rasmussen, famoso por sus declaraciones bruscas, está dispuesto a fortalecer la cooperación con Ucrania. En el marco de las posibles consecuencias irreflexivas respecto a la crisis ucraniana, Michael Stürmer le recordó al funcionario el aforismo del militar alemán Helmuth von Moltke: "Ningún plan, por bien preparado que esté, tiene garantizada su supervivencia más allá del primer encuentro con el enemigo".