Los planes del Comité de Relaciones Exteriores del Reino Unido de investigar la situación de la democracia en Hong Kong, anunciados en julio, son "un acto altamente inapropiado que constituye una injerencia en los asuntos internos de China", reza la carta dirigida al Comité por su homólogo chino. Se trata de "una señal política errónea al resto del mundo" que perturbará la reforma política en Hong Kong y tendrá "un impacto negativo" en las relaciones bilaterales entre Pekín y Londres, insiste la misiva.
Según The Independent, los legisladores del Reino Unido están examinando la implementación de la Declaración Conjunta Chino-Británica del año 1984, el acuerdo que entregó Hong Kong a China. Desde la transferencia de la soberanía, Londres mantiene un compromiso con Hong Kong, mediante un informe presentado ante el Parlamento británico sobre el territorio cada medio año: la Declaración de 1984 estipula que Hong Kong debe gozar de un estatus semiautónomo y un poder ejecutivo, mientras que los derechos personales en su territorio deben ser consagrados por la ley.
La condena drástica por parte de Pekín llega en un momento cuando activistas en Hong Kong protestan por la negativa del Gobierno central a otorgar el sufragio universal completo a los ciudadanos. Este martes, la Policía detuvo al menos a 22 personas durante la protesta contra un alto funcionario chino que visitó la zona. La causa es que los próximos comicios fijados para el año 2017 será la primera vez en que el máximo líder ejecutivo de Hong Kong será elegido directamente por los votantes. Sin embargo, Pekín dictó que los candidatos deben ser aprobados primero por más de la mitad de los miembros de un cuerpo nominador especial, haciéndose de este modo con un control parcial de las futuras elecciones.