Mali, uno de los países más pobres del mundo y colindante con el foco del brote, ha sido elegido como 'polígono' para aprobar los fármacos más prometedores contra el ébola. La directora adjunta de la OMS, Mary Paule Kieny, señaló que allí se realizarán los experimentos con transfusiones y sueros de sangre y plasma procedentes de personas que hayan superado la enfermedad.
Según revela el periódico 'The New York Times', el propio director general del Centro de Desarrollo de Vacunas en Malí
,Samba Sow, se ofreció para probar los efectos de tratamiento contra el ébola. Según sus datos, el país ha tenido 19 supuestos enfermos del ébola; 18 de ellos sobrevivieron y se les tomó sangre para comprobar que tratar esta enfermedad es posible.
Los experimentos con la sangre y los sueros se desarrollarán a lo largo de los próximos dos meses, y habrá que esperar hasta noviembre para conocer los resultados de estas pruebas, advirtió Kieny. En caso de obtenerse resultados positivos, la técnica de las transfusiones sería aplicada a todos los enfermos en todos los países afectados por la epidemia.
Los médicos aprovecharán ese tiempo también para probar las dos vacunas elegidas por la OMS: ChAd-EBO, fabricada en EE.UU. a partir del adenovirus de chimpancé, y VSV-EBO, desarrollada por el Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá a base del virus de la estomatitis vesicular en el que fue introducido material genético del ébola. Este último centro de investigación anunció una donación a la OMS de hasta 1.000 dosis de la vacuna.
Existe también un tercer compuesto, que ya ha dado resultados positivos en varios enfermos: el suero inmunológico experimental ZMapp. No obstante, los peritos de la OMS insisten sobre este fármaco que "sigue sin haber un estudio completo sobre su efectividad".
Precisamente ese suero permitió curar al médico estadounidense Kent Brantly, infectado en África y dado de alta en un hospital de Atlanta, al tiempo que no pudo ayudar al misionero español Miguel Pajares, muerto el pasado 12 de agosto en el hospital Carlos III de Madrid.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló a los periodistas después de una reunión dedicada a la situación sanitaria en África occidental que el objetivo planteado es detener la transmisión del ébola en los países afectados en un plazo comprendido entre seis y nueve meses e impedir la extensión internacional del virus.
Mientras tanto, el Gobierno de Sierra Leona ha decidido aplicar una medida extrema para contener el avance del brote: una cuarentena general de tres días. Entre el 19 y el 21 de septiembre todos los residentes del país, unos seis millones de personas, deberán permanecer en sus hogares y nadie tendrá derecho a circular por las calles salvo el personal sanitario y las fuerzas de seguridad.
Según los últimos datos hechos públicos por la OMS, el número de infectados por el virus del Ébola llegó este viernes a las 4.000 personas, de las cuales 2.097 han muerto. Por países, en Liberia fallecieron 1.089 personas, 517 en Guinea y 491 en Sierra Leona.