El concepto de un ataque rápido de EE.UU. presupone atacar numerosos blancos militares e industriales de un país simultáneamente para garantizar la anulación de sus capacidades inmediatas para llevar a cabo una respuesta.
Dichos ataques podrían tener como objetivo bases militares, aeropuertos, almacenes del Ejército y, por supuesto, los silos con misiles nucleares.
El arma principal de un ataque de estas características sería misiles intercontinentales de alta velocidad –incluso hipersónicos– con ojivas convencionales. Contra este tipo de amenazas se desarrollan complejos antimisiles con capacidades hipersónicas y sistemas de alerta temprana.
Las declaraciones del viceministro de Defensa Yuri Borísov se producen tras las manifestaciones del presidente Vladímir Putin sobre el desarrollo del complejo militar-industrial de Rusia.
En particular, el presidente ruso enumeró entre los objetivos de importancia nacional "calcular las amenazas potenciales a la seguridad militar" del país.