"Si [Assad] se atreviera a hacerlo, Obama dijo que ordenaría a las fuerzas estadounidenses acabar con el sistema de defensa aérea de Siria, que, según señaló, sería más fácil que golpear al EI porque se conocen mejor sus ubicaciones. Y continuó diciendo que tal acción por parte de Assad llevaría a su derrocamiento", escribe Baker. Además, Obama precisó que no contempla el fracaso de la operación, lo que podría llevar al aumento de la tensión en la región.
"No voy a anticipar el fracaso en este punto", dijo Obama.
Baker, que habló con 10 personas que departieron con el presidente antes de su discurso del miércoles, escribe que Obama sorprendió a los invitados al referirse al aumento del apoyo al nuevo Gobierno iraquí como vía hacia victoria contra el EI en Irak, a la vez que no se mostró tan seguro sobre el "fin del juego" en Siria, donde insiste en la dimisión de Bashar al Assad viéndose hora obligado a contar con los rebeldes moderados sirios, a quien antes se negaba a armar.
Estrategia antiyihadista de EE.UU.
La nueva estrategia de EE.UU. contra el EI, anunciada este miércoles, pasa por el lanzamiento de ataques aéreos "sistemáticos" contra terroristas y el aumento de especialistas militares estadounidenses enviados a Irak para apoyar a las tropas iraquíes en labores de adiestramiento militar, inteligencia y equipamento. El ejército estadounidense no participará en ofensivas terrestres contra el EI. Obama subrayó que no va a cooperar con el presidente sirio Bashar al Assad en la lucha contra el EI en Siria. De hecho, recordó que ha vuelto a pedir al Congreso permiso para entrenar y equipar a los rebeldes sirios.
Siria ya ha advertido que cualquier acción militar unilateral de EE.UU. en el territorio sirio sería una violación de su soberanía. A su vez el Gobierno ruso mostró su oposición a la política de EE.UU. en Siria. Funcionarios rusos respondieron al mensaje de Obama del miércoles, subrayando que cualquiera acción militar que se lleve a cabo sin permiso de Damasco se contemplará como "ilegal".