Los autores de este estudio del Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) investigaron la frecuencia de terremotos en la cuenca del Raton en el sur de Colorado y el norte de Nuevo México, una región "sísmicamente tranquila" antes de 1999, cuando empezó la inyección de aguas residuales en la zona. Un sismo de magnitud 5,3 que azotó Colorado en 2011 fue probablemente causado por la inyección de aguas residuales para realizar una perforación para obtener gas natural, afirman cuatro científicos del USGS.
Los geólogos ven una relación directa entre la inyección de aguas y la actividad sísmica. Por ejemplo, muestran que el momento y el lugar de la sismicidad corresponden a la secuencia documentada de inyección de aguas residuales en la zona.
Los científicos dijeron que desde 2001 hasta 2013 hubo 16 terremotos de magnitud 3,8 o superior en la cuenca del Raton. Durante los 30 años anteriores a ese período (de 1972 a 2001), el área registró solo un terremoto de esa magnitud.
"A partir de 2001 la producción de metano aumentó, y con ella el número de pozos de aguas residuales (21 actualmente en Colorado y siete en Nuevo México) y las tasas de inyección", dijo al portal 'Natural Gas Intelligence' un portavoz de la revista 'Bulletin of the Seismological Society of America', donde fue publicado el estudio. "Desde mediados de 2000, la tasa total de inyección a través de la cuenca ha oscilado entre 1,5 millones y 3,6 millones de barriles [de aguas residuales] por mes", añadió el interlocutor del portal.