La semana pasada los yihadistas instalaron cerca del río Tigris, en Mosul, una gran pantalla. Mucha gente, incluidos niños, se congregó para ver el programa que les prepararon los radicales.
Tras abrirse unas cortinas sonó el himno religioso que llamaba a unirse a la yihad, seguido por las primeras escenas que horrorizaron a los espectadores. A los residentes de Mosul se les mostraron escenas sangrientas de la decapitación de rehenes, degollamientos y asesinatos de rehenes.
Entre la serie de atrocidades filmadas, figuraba un video sangriento donde uno de los verdugos del EI decapitó al periodista británico David Haines.
Los militantes han recurrido a esta idea con un objetivo: aterrorizar a la gente y mandar una señal clara, a cualquiera que se oponga al EI le espera una ejecución, advertir a la gente del lugar de que no se resista al radical Estado Islámico.