La Asamblea Nacional de Francia aprobó ayer, por 335 votos a favor y uno en contra, el proyecto de ley que prohíbe en espacios públicos el uso del velo que oculta el rostro. Aunque no hace referencia a ninguna prenda religiosa, está claro que se trata del velo integral musulmán, como la burka o el niqab. Las excepciones incluyen los cascos de moto, máscaras médicas, deportivas, de carnaval y otros.
La ley estipula una multa de 150 euros para las infractoras, pero la pena es más severa para los que imponen a las mujeres el uso de la ropa prohibida. Pagarán 30,000 euros y recibirán una condena de un año de cárcel, o el doble de eso si se trata de menores. También se propone negar permisos de trabajo, de residencia y visados a las mujeres que anden con el rostro oculto.
La medida fue preparada y votada por el partido oficialista conservador Movimiento Popular (UMP), mientras la mayoría del partido opositor socialista no participó en la votación. Los socialistas también están en contra del uso del velo integral, pero sólo en edificios públicos y no en la calle. Según el presidente Sarkozy, la burka es contraria a la "idea de la República francesa sobre la dignidad de la mujer y no es un signo religioso, sino de servidumbre”.
Según el Ministerio del Interior, de los 5 a 6 millones de habitantes musulmanes de Francia, sólo 2,000 mujeres llevan el velo integral. Los críticos del presidente Sarkozy afirman que recurre a xenofobia para ganar el apoyo de la extrema derecha.
El proyecto se someterá ante el Senado en septiembre y después se aprobará finalmente por el poder ejecutivo. El Consejo de Estado de Francia, alto órgano consultivo del país cuyas decisiones no son vinculantes, advirtió que la ley carece de "fundamento jurídico incontestable" y puede ser anticonstitucional. Sin embargo, el uso del hiyab, que deja libre la cara, está prohibido en Francia desde 2004.
El empresario Rachid Nekkaz, que intentó presentarse a las elecciones presidenciales de 2007, declaró que utilizará los beneficios de las ventas de propiedades para crear un fondo de un millón de euros para ayudar a las mujeres a pagar las multas acarreadas por la nueva ley. Matizó que no está a favor del burka, pero considera antidemócratica la medida legislativa.