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La oposición siria apoyada por Occidente roba el dinero destinado a ayuda humanitaria
Una auditoria llevada a cabo por Deloitte revela que la oposición siria prooccidental se apodera de recursos humanitarios y no es capaz de crear una alternativa a las autoridades.
La oposición siria prooccidental no es capaz de crear las instituciones de autoridad que representen una alternativa al poder existente, apoderándose además del dinero dirigido a objetivos humanitarios, señala Reuters citando la auditoria de Deloitte.
La empresa anunció sus conclusiones tras controlar el mecanismo creado por la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS) para coordinar operaciones humanitarias. Este mecanismo, junto a otros grupos de oposición y organizaciones no gubernamentales sirias, opera en Turquía.
Según indicó Deloitte, cerca de 1 millón de dólares de los recursos humanitarios ha sido robado. Además, la empresa no pudo verificar la fuente de los 14 millones de dólares recibidos por la organización.
La mayor inversión en ayuda humanitaria para los refugiados sirios y otras personas afectadas por la crisis, 62 millones de dólares, fue enviada por Cátar.
En noviembre del año pasado el personal de la oficina de la organización en Gaziantep, Turquía, protestó contra la corrupción del mecanismo.
La empresa anunció sus conclusiones tras controlar el mecanismo creado por la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS) para coordinar operaciones humanitarias. Este mecanismo, junto a otros grupos de oposición y organizaciones no gubernamentales sirias, opera en Turquía.
Según indicó Deloitte, cerca de 1 millón de dólares de los recursos humanitarios ha sido robado. Además, la empresa no pudo verificar la fuente de los 14 millones de dólares recibidos por la organización.
La mayor inversión en ayuda humanitaria para los refugiados sirios y otras personas afectadas por la crisis, 62 millones de dólares, fue enviada por Cátar.
En noviembre del año pasado el personal de la oficina de la organización en Gaziantep, Turquía, protestó contra la corrupción del mecanismo.
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