Este viernes la Academia Sueca ha concedido el Premio Nobel de la Paz a los activistas de derechos humanos Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi. En la larga lista de posibles ganadores, figuraban 278 candidaturas, incluidas 47 organizaciones. Yousafzai figuraba entre los favoritos junto con el papa Francisco y Edward Snowden.
"El premio se le ha asignado a los ganadores de este año por su incansable lucha contra la opresión de los niños y adolescentes y para proteger los derechos de todos los niños a recibir educación. Los niños deben asistir a la escuela, su explotación financiera es inaceptable", reza el comunicado del Comité.
Malala Yousafzai, de 17 años, se ha convertido en el ganador más joven del prestigioso premio. Nacida en el distrito pakistaní de Swat su candidatura al galardón fue presentada por diputados noruegos del Partido Laborista.
La historia de esta valiente joven comenzó en 2009 cuando, a la edad de 11 años, comenzó a escribir en su blog digital sobre su vida y estudios en una escuela de Swat, donde entonces se producía un conflicto armado entre las fuerzas gubernamentales y los talibanes que prohibían a las niñas recibir educación secundaria.
En su blog la niña criticaba el movimiento radical talibán y denunciaba en detalle las atrocidades cometidas por sus integrantes. Su activismo le valió un violento ataque el 9 de octubre del 2012, por el que la chica se convirtió en una figura internacional y símbolo de la lucha contra el fanatismo religioso y la defensa del derecho de las mujeres a la educación.
En octubre del año pasado la activista pakistaní, entonces de 16 años, recibió el Premio Sájarov del Parlamento Europeo a la Libertad de Conciencia. En el mismo mes la adolescente fue galardonada con el premio Anna Politkóvskaya y en septiembre la Universidad de Harvard le otorgó el título Humanista del Año.
El activista indio Kailash Satyarthi es el director de la Coalición Surasiática contra la Esclavitud Infantil ('South Asian Coalition on Child Servitude'). Satyarthi, de 60 años, lucha por los derechos de los niños desde hace más de dos décadas.
En este período el activista indio ha organizado decenas de protestas pacíficas y campañas civiles contra la explotación laboral de menores. Gracias a sus esfuerzos se ha logrado liberar a más de 80.000 niños de diversas formas de servidumbre y la reintegración exitosa, la rehabilitación y la educación de los mismos.
Como el propio activista explicó a los periodistas, dedica el Nobel a los niños que siguen sufriendo la esclavitud. "Es un honor para todos estos niños que todavía sufren la esclavitud y están sometidos al trabajo y al tráfico", afirmó.
Satyarthi logró la introducción de etiquetas para las alfombras en la India que indican que el producto fue elaborado sin la participación de trabajo infantil. Satari vive en Nueva Delhi, tiene esposa, dos hijos y una hija adoptiva.