Rusia y Estados Unidos podrán firmar el nuevo tratado de adopción este mismo año, tras haber congelado esta práctica hace unos meses. Mientras tanto, una familia norteamericana no pensó ni un sólo instante devolver a su hijo adoptivo a pesar de sufrir ciertos problemas de comunicación con el niño.
Los niños rusos Piotr y Sofía fueron ahijados por sus nuevos padres norteamericanos antes de que se suspendiera la adopción de niños rusos por parte de las familias estadounidenses. A pesar de que ahora la familia Lo Brutto parece no tener problemas, los flamantes padres aprendieron lo difícil y espinoso que puede ser el camino hacia la adopción.
Mary y Patrick Lo Brutto no sabían nada de sus problemas, y les parecía que Piotr era sano. No obstante, al cabo de unos seis meses después de que llegara a Estados Unidos comprendieron que seguía huraño con ellos, mientras que Sofía ya se los había encariñado. Piotr no quería venir a sentarse con sus padres nuevos, encontrarse cerca de ellos, estaba distante y parecía alejarse más y más.
Algunos padres solucionan este tipo de situaciones con reacciones inesperadas y polémicas. Por ejemplo, así actuó la madre de Artiom Savevliev, quien devolvió al hijo a Rusia enviándolo solo en un avión. El caso sirvió de catalizador para que se congelara el proceso de adopción entre los dos países.
“La situación venía empeorando en los últimos 16 años porque no existía una base de derecho adecuada para llevar a cabo este tipo de casos”, cuenta el Defensor de los Derechos de la Infancia, Pável Astájov. “Los acuerdos que existían no eran suficientes, sobre todo para elegir la futura familia del niño y preparar la documentación necesaria”.
A diferencia de la madre norteamericana de Artiom Saveliev, Mary y Patrick en ningún momento pensaron en devolver al chico. “En realidad, el doctor nos llamó a su oficina y preguntó si queríamos mandarlo de vuelta a Rusia. Y le contestamos: ¿cómo es posible? Es nuestro hijo”, dice la madre.
Después de lo que han superado, Mary y Patrick podrían estar en contra de la adopción y no obstante, lo ven como un paso positivo.
“Yo creo que la prohibición de adopciones es negativa”, dice Patrick Lo Brutto. “En los orfanatos rusos viven 600.000 niños. Su vida en un asilo no favorece a su salud, ni su desarrollo. Me parece que hay muy pocas adopciones malas en Estados Unidos, pero nuestros gobiernos deberían tener mucho cuidado al establecer reglas”.
“Supongo que los educadores estaban enterados de los problemas de salud de Piotr”, continúa su mujer. “La información debería estar reflejada en la documentación médica. La información facilitaría muchos problemas. Me parece que Rusia tiene que ser más abierta y presentar la información completa sobre el niño y por otra parte, el entrenamiento para los futuros padres debería ser más riguroso, porque levantarse temprano no es el único requisito”, opina.
Este acuerdo intergubernamental serviría de base para acciones mutuas. Es obvio que la aprobación de este documento es de suma urgencia e importancia para ambas partes, en él se centran muchas esperanzas. Y mientras los gobiernos tratan de ponerse de acuerdo, miles de niños esperan a que vengan a recogerlos sus nuevos padres y no importa qué lengua hablen: las palabras 'papá' y 'mamá' se entienden casi en todos los idiomas.