ATCI son las siglas de un nuevo acuerdo comercial entre la Unión Europea y EE.UU. que abriría la mayor zona del comercio libre del mundo. El Gobierno de Reino Unido respalda el acuerdo, asegurando que podría generar miles de millones para la economía británica gracias a la reducción de regulaciones y otras barreras al comercio entre el viejo continente y América del Norte.
Sin embargo, el tratado de libre comercio es criticado por muchos, ya que conllevaría consecuencias negativas para la economía. Según los expertos, el acuerdo erradicaría servicios públicos como la BBC o el Servicio Nacional de Salud (NHS) en el Reino Unido. Los activistas contrarios al acuerdo afirman que el ATCI abriría los servicios públicos, incluyendo escuelas y hospitales, a los conglomerados estadounidenses, lo que podría acarrear "la privatización a través de la puerta trasera".
El peligro se observa en las grandes corporaciones, cuya actitud "no coincide con nuestro propia moral de servicio público", aseguran los activistas. "Son empresas con ánimo de lucro. Cuando los fondos son limitados y hay objetivos de beneficio, la única manera de que puedan ganar el dinero es proporcionando un menor nivel de servicio, consiguiendo un personal menos cualificado o degradando los salarios y las condiciones de sus empleados", declaran los manifestantes.
Los activistas también advierten de que ATCI puede provocar que las empresas con ánimo de lucro demanden a los organismos públicos si estimaran que se hubiera producido "una expropiación indirecta" de sus beneficios futuros.