La situación en Ambar es "muy grave", reconoció Sabah Al-Karhout, presidente del Consejo Provincial de Ámbar, cuyo 80 por ciento ya está bajo el control de los yihadistas. Según los datos del Consejo, el Estado islámico ha enviado hasta 10.000 combatientes a Ámbar desde Siria y la ciudad de Mosul, en el norte de Irak.
Según los últimos informes, el Estado Islámico ha cercado la ciudad de Haditha, la última ciudad grande que todavía no ha caído en manos yihadistas. Para no entregar Ambar a los milicianos, los líderes de la provincia han pedido al Gobierno central de Irak que intervenga de inmediato, así como que EE.UU. despliegue sus tropas en la zona, según dijo el subdirector del consejo de la provincia, Falleh al-Issawi, en una entrevista con CNN.
Según las autoridades de Ambar, si los yihadistas toman la provincia bajo su control, su territorio se extenderá desde la ciudad siria de Raqqa a los perímetros de Bagdad, la capital iraquí, dijo al-Issawi.
Los soldados del Ejército iraquí y miembros de tribus de Ámbar que luchan junto a ellos han advertido que abandonarán la lucha si el Ejército de EE.UU. no interviene para ayudarlo, porque están perdiendo terreno frente al Estado Islámico.
Bagdad insiste en que no ha recibido ninguna petición oficial de la provincia, según informó el servicio de prensa del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi.
Por su parte un funcionario del Departamento de Defensa ha dicho este sábado que el Gobierno de Irak no ha pedido ningún despliegue adicional de las tropas estadounidenses, y que, aunque lo hubiera pedido, Washington ya ha dejado claro que no enviará más tropas a Irak.