Atacantes suicidas, capaces de viajar entre EE.UU. y Oriente Medio sin control alguno

Las agencias de seguridad e inteligencia de EE.UU. son incapaces de rastrear el flujo de combatientes de grupos terroristas dentro y fuera de Siria, según ha revelado el caso de un estadounidense responsable de un atentado en el país árabe.
A principios de este año, después de regresar de EE.UU. a Siria, Moner Mohammad Abusalha se convirtió en el primer estadounidense en llevar a cabo un ataque suicida en el país árabe en nombre de un grupo vinculado con Al Qaeda.

Su atentado contra un restaurante frecuentado por soldados sirios el pasado mes de mayo fue acompañado con la publicación de un video amenazante. En aquella grabación, Abusalha afirmó que si los estadounidenses piensan que están seguros en su propio país, están equivocados.   

Para entonces, Abusalha, que creía en las interpretaciones más estrictas del islam, había realizado dos viajes a la zona de conflicto en Siria y entre esas visitas estuvo en territorio de EE.UU. por más de seis meses, según informan altos cargos estadounidenses, citados por el diario 'The Washington Post'. No obstante, sus desplazamientos no atrajeron ninguna atención especial por parte de las autoridades de su país, por lo que quedaron prácticamente sin control.  

Se estima que hay unos 100 estadounidenses que han viajado a Siria o han intentado hacerlo, pero es difícil determinar el número total de los estadounidenses que actualmente se encuentran en el país. Según el diario, Abusalha formaba parte de esa "categoría invisible". Por lo tanto, el director del FBI, James B. Comey, tuvo que reconocer recientemente la existencia de estos 'puntos ciegos'.

Los estadounidenses representan una pequeña fracción de los aproximadamente 15.000 combatientes que han llegado a Siria desde el extranjero. La mayoría de ellos provienen de otros países de Oriente Medio, unos 700 han viajado o han intentado hacerlo desde Francia, además de unos 400 británicos y 250 alemanes que también llegaron a la zona del conflicto en el país árabe. 
 
Sin embargo, la amenaza potencial para EE.UU. parece ser bastante elevada, escribe 'The Washington Post'. El año pasado más de 250.000 estadounidenses viajaron solo a Turquía, y dos millones de personas llegan a EE.UU. anualmente desde países de Oriente Medio.