Más de 400 bomberos griegos libraron la lucha contra incendios en las cercanías de Atenas. El foco más peligroso del fuego abierto apareció el sábado a la distancia de 30 kilómetros de la capital griega, cerca de la localidad histórica de Maratón. Doce aviones y cinco helicópteros intentaron, con un éxito parcial, apagar las llamas hasta que oscureciera y reiniciaron la lucha al amanecer.
La nube del humo crece de hora en hora. Muchos habitantes de Maratón abandonan sus viviendas, sin esperar el anuncio de la evacuación. Las autoridades griegas invocan a que los habitantes guarden la tranquilidad, afirmando que no hay peligro para las viviendas. Sin embargo, los especialistas no excluyen la probabilidad del empeoramiento brusco de la situación, como fue en 2007.
"No pienso que esto fuera un incendio premeditado”, dice la jefa de la administración municipal del poblado de Kapandriti, Edoxia Kelidou. “Por lo menos, no veía nada de tal. Todo ha comenzado desde muy lejos. Pero había un fuerte viento y el fuego se distribuía con una velocidad enorme”.
Otro foco de inflamaciones se encuentra al sur de Atenas, cerca de la ciudad Lavrio. Aquí las autoridades se vieron obligadas a evacuar dos campamentos infantiles de las afueras de esta localidad. A pesar de la actividad de las centenas de bomberos, el fuego sigue apretando su garrote alrededor de la capital de Grecia.
Desde los comienzos de la semana, 1.500 hectáreas de terreno han quedado calcinadas por los incendios forestales ya sofocados. Al vencer el fuego abierto, la cifra se multiplicaría considerablemente.
Así como en Rusia de hoy, fueron los fuertes vientos y las temperaturas muy altas, de hasta 40 grados, los que desataron estos días la primera alerta de incendios de la temporada veraniega y agravaron considerablemente la situación ecológica en la península Balcánica.