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El 'top' cinco de los cazas de combate más destacados de todos los tiempos
¿Cuáles son los cinco aviones de combate más importantes de todos los tiempos? Robert Farley, experto en temas militares y diplomáticos de la revista estadounidense 'The National Interest' ofrece su 'ranking' personal.
Pese a la divulgada opinión de que la respuesta siempre depende de las características de las aeronaves, Robert Farley, analista de 'The National Interest' sugiere que esta no es la forma más adecuada de abordar la cuestión.
Cada nación compra y desarrolla aviones de combate para resolver sus problemas estratégicos, y los aviones, en consecuencia, deben ser evaluados de acuerdo con su capacidad de solucionar estos problemas. Por lo tanto, la pregunta motivadora es la siguiente: ¿Cuán bueno es un avión para ayudar a resolver los problemas estratégicos de las naciones que los desarrollan o los compran? Esta pregunta lleva al autor a los siguientes parámetros de evaluación:
Características de combate: Cómo actúa una aeronave en combates contra sus rivales, incluyendo no sólo a otros cazas, sino también a los bombarderos y las instalaciones en tierra.
Fiabilidad: ¿Podrá contar con ese avión para combatir cuando se le necesite, o pasa más tiempo en reparación que en el aire?
Costo: Cuánto tiene que pagar una organización o una nación en términos de sangre y dinero para hacer que ese avión cumpla sus fines.
En función de estos parámetros Robert Farley ofrece la siguiente versión de los cazas más grandes de la historia:
En la primera época de la aviación militar, la innovación tecnológica cobró unos ritmos tan impresionantes que cada nueva aeronave quedaba obsoleta en un año. Los ingenieros en Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia trabajaron constantemente para superar a sus enemigos en la Primera Guerra Mundial y cada año nuevos cazas de combate se incorporaban en esa encarnizada lucha.
En este contexto, seleccionar el caza dominante de la época es difícil. Sin embargo, el Spad S.XIII destaca por sus características de combate y la facilidad de producción. Basado en gran parte en el consejo de los aviadores franceses como Georges Guynemer, el S.XIII carecía de la capacidad de maniobra de algunos de sus contemporáneos, pero pudo superar a la mayoría de ellos y obtuvo muy buenos resultados, ya fuera en subida o picado. Su diseño era lo suficientemente simple como para poder producir casi 8.500 aeronaves que finalmente entraron en servicio.
Los S.XIII llenaron no solo los escuadrones de cazas franceses, sino también los de los países aliados. El as estadounidense Eddie Rickenbacker se anotó veinte de sus victorias pilotando un S.XIII, muchas de ellas sobre los cazas alemanes más avanzados de la época, entre ellos el Fokker D.VII.
El Spad S.XIII ayudó a los aliados a resistir durante la ofensiva alemana desplegada por el general Ludendorff, y controló los cielos de Francia durante la contraofensiva. Después de la guerra, se mantuvo en servicio durante varios años en Francia, Estados Unidos, y en otra docena países.
Al entrar en la guerra en septiembre de 1943, el F6F obtuvo el 75% de las victorias aéreas en el Pacífico. En general, los F6F se anotaron casi 5.200 victorias perdiendo solo 270 aviones en combates aéreos, incluyendo la relación de 13:1 contra los Mitsubishi A6M Zero.
En 1943, Estados Unidos necesitaba un caza bastante robusto como para soportar una campaña muy distante de la mayoría de las bases, pero al mismo tiempo rápido y lo suficientemente ágil. Resistente y fiable como un ladrillo, el Hellcat encuadró en esas tareas.
Sin embargo, este avión es conocido como el primer caza a reacción operativo del mundo, cuya producción a gran escala se retrasó por la resistencia dentro del gobierno alemán y de la Luftwaffe a dedicar recursos a un avión experimental sin un papel claro. No obstante, a medida que la necesidad de un interceptor muy superior en características a los cazas de Estados Unidos se hacía más evidente, el Me 262 encontró su lugar. La 'Golondrina' resultó devastadora contra formaciones de bombarderos estadounidenses, y podía volar más rápido que los cazas de EE.UU.
El Me 262 no fue un caza perfecto: le faltaba la capacidad de maniobra que disponían los mejores interceptores norteamericanos, y los pilotos estadounidenses y británicos desarrollaron tácticas de combate contra las 'Golondrinas'.
La Alemania nazi necesitaba un avión capaz de hacer que el precio de mantener una enorme flota de bombarderos pesados fuese demasiado alto para los aliados. El Me 262 entró en escena demasiado tarde para resolver ese problema, pero es difícil imaginar cualquier otra aeronave que pudiera haber llegado más cerca para cumplir esa tarea.
Barato, rápido, fácil de manejar y con bajos requerimientos de mantenimiento. Es relativamente fácil aprender a pilotarlo. Las fuerzas aéreas de varios países continuaron comprando el MiG-21 por un largo tiempo. Contando su versión china, Chengdu J-7, en el mundo tal vez hayan sido fabricados 13.000 MiG-21. En cierto sentido, el 'Fishbed' es el 'AK-47' (o el tanque 'T-34', si se prefiere) de los cazas de combate.
Cincuenta países han operado el MiG-21 durante 55 años. El avión sigue siendo un elemento clave de 26 fuerzas aéreas diferentes, incluyendo la Fuerza Aérea de la India, del Ejército Popular de Liberación chino, la Fuerza Aérea Popular de Vietnam, y la Fuerza Aérea Rumana.
Para los países que necesitan una opción barata para el control de su espacio aéreo nacional, el MiG-21 ha resuelto sus problemas durante varios años y es probable que continúe cumpliendo con esa misión.
El Eagle simboliza una época entera de la Fuerza Aérea de EE.UU., desde la resaca de Vietnam hasta el período de la dominación posterior a la Guerra Fría. Diseñado a partir de las lecciones sacadas en Vietnam, el F-15 superó a otros cazas pesados del mundo y estableció un nuevo estándar para un avión de superioridad aérea moderna. La línea de producción de los F-15 trabajará al menos hasta el año 2019, y más si Boeing logra vender a alguien el Silent Eagle, su versión más moderna.
A raíz de Vietnam, Estados Unidos necesitaba una plataforma para lograr la superioridad aérea contra los mejores cazas de la Unión Soviética. El F-15 (complementado por el ligero F-16) proporcionó esta posibilidad. Tras el final de la Guerra Fría, Estados Unidos necesitaba una aeronave lo suficientemente versátil para llevar a cabo la misión de superioridad aérea y al mismo tiempo convertirse en un avión de ataque eficaz.
El F-15 resolvió ambos problemas.
Cada nación compra y desarrolla aviones de combate para resolver sus problemas estratégicos, y los aviones, en consecuencia, deben ser evaluados de acuerdo con su capacidad de solucionar estos problemas. Por lo tanto, la pregunta motivadora es la siguiente: ¿Cuán bueno es un avión para ayudar a resolver los problemas estratégicos de las naciones que los desarrollan o los compran? Esta pregunta lleva al autor a los siguientes parámetros de evaluación:
Características de combate: Cómo actúa una aeronave en combates contra sus rivales, incluyendo no sólo a otros cazas, sino también a los bombarderos y las instalaciones en tierra.
Fiabilidad: ¿Podrá contar con ese avión para combatir cuando se le necesite, o pasa más tiempo en reparación que en el aire?
Costo: Cuánto tiene que pagar una organización o una nación en términos de sangre y dinero para hacer que ese avión cumpla sus fines.
En función de estos parámetros Robert Farley ofrece la siguiente versión de los cazas más grandes de la historia:
El francés Spad S.XIII
En la primera época de la aviación militar, la innovación tecnológica cobró unos ritmos tan impresionantes que cada nueva aeronave quedaba obsoleta en un año. Los ingenieros en Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia trabajaron constantemente para superar a sus enemigos en la Primera Guerra Mundial y cada año nuevos cazas de combate se incorporaban en esa encarnizada lucha.
En este contexto, seleccionar el caza dominante de la época es difícil. Sin embargo, el Spad S.XIII destaca por sus características de combate y la facilidad de producción. Basado en gran parte en el consejo de los aviadores franceses como Georges Guynemer, el S.XIII carecía de la capacidad de maniobra de algunos de sus contemporáneos, pero pudo superar a la mayoría de ellos y obtuvo muy buenos resultados, ya fuera en subida o picado. Su diseño era lo suficientemente simple como para poder producir casi 8.500 aeronaves que finalmente entraron en servicio.
Los S.XIII llenaron no solo los escuadrones de cazas franceses, sino también los de los países aliados. El as estadounidense Eddie Rickenbacker se anotó veinte de sus victorias pilotando un S.XIII, muchas de ellas sobre los cazas alemanes más avanzados de la época, entre ellos el Fokker D.VII.
El Spad S.XIII ayudó a los aliados a resistir durante la ofensiva alemana desplegada por el general Ludendorff, y controló los cielos de Francia durante la contraofensiva. Después de la guerra, se mantuvo en servicio durante varios años en Francia, Estados Unidos, y en otra docena países.
Grumman F6F Hellcat
Por supuesto, no solo las fuerzas aéreas operan los aviones de combate. El caza embarcado F6F Hellcat no se puede comparar con el Spitfire, el P-51, o el Bf-109 en muchas de las características básicas de vuelo, aunque su capacidad de trepada fue impresionante. Lo que el F6F sí podía hacer mejor que otras aeronaves era volar desde portaaviones, y esta característica suya jugó un papel primordial en la gran ofensiva de portaaviones de la Armada estadounidense en la guerra naval contra Japón.Al entrar en la guerra en septiembre de 1943, el F6F obtuvo el 75% de las victorias aéreas en el Pacífico. En general, los F6F se anotaron casi 5.200 victorias perdiendo solo 270 aviones en combates aéreos, incluyendo la relación de 13:1 contra los Mitsubishi A6M Zero.
En 1943, Estados Unidos necesitaba un caza bastante robusto como para soportar una campaña muy distante de la mayoría de las bases, pero al mismo tiempo rápido y lo suficientemente ágil. Resistente y fiable como un ladrillo, el Hellcat encuadró en esas tareas.
Messerschmitt Me-262
Creado al final de la Segunda Guerra Mundial, el Me-262 Schwalbe ('Golondrina') no pudo ganar la guerra para Alemania, y tampoco pudo detener los bombardeos masivos combinados.Sin embargo, este avión es conocido como el primer caza a reacción operativo del mundo, cuya producción a gran escala se retrasó por la resistencia dentro del gobierno alemán y de la Luftwaffe a dedicar recursos a un avión experimental sin un papel claro. No obstante, a medida que la necesidad de un interceptor muy superior en características a los cazas de Estados Unidos se hacía más evidente, el Me 262 encontró su lugar. La 'Golondrina' resultó devastadora contra formaciones de bombarderos estadounidenses, y podía volar más rápido que los cazas de EE.UU.
El Me 262 no fue un caza perfecto: le faltaba la capacidad de maniobra que disponían los mejores interceptores norteamericanos, y los pilotos estadounidenses y británicos desarrollaron tácticas de combate contra las 'Golondrinas'.
La Alemania nazi necesitaba un avión capaz de hacer que el precio de mantener una enorme flota de bombarderos pesados fuese demasiado alto para los aliados. El Me 262 entró en escena demasiado tarde para resolver ese problema, pero es difícil imaginar cualquier otra aeronave que pudiera haber llegado más cerca para cumplir esa tarea.
Mikoyan-Gurevich MiG-21 'Fishbed'
El MiG-21 ('Fishbed', en la terminología de la OTAN) intervino activamente en la guerra en Vietnam como el rival más temible de los F-4 estadounidenses y en varias de las guerras de Oriente Medio, en algunas de las cuales luchó en ambos bandos.Barato, rápido, fácil de manejar y con bajos requerimientos de mantenimiento. Es relativamente fácil aprender a pilotarlo. Las fuerzas aéreas de varios países continuaron comprando el MiG-21 por un largo tiempo. Contando su versión china, Chengdu J-7, en el mundo tal vez hayan sido fabricados 13.000 MiG-21. En cierto sentido, el 'Fishbed' es el 'AK-47' (o el tanque 'T-34', si se prefiere) de los cazas de combate.
Cincuenta países han operado el MiG-21 durante 55 años. El avión sigue siendo un elemento clave de 26 fuerzas aéreas diferentes, incluyendo la Fuerza Aérea de la India, del Ejército Popular de Liberación chino, la Fuerza Aérea Popular de Vietnam, y la Fuerza Aérea Rumana.
Para los países que necesitan una opción barata para el control de su espacio aéreo nacional, el MiG-21 ha resuelto sus problemas durante varios años y es probable que continúe cumpliendo con esa misión.
McDonnell Douglas F-15 Eagle
Cuando entró en servicio en 1976, fue reconocido de inmediato como el mejor caza del mundo. Hoy en día, podría decirse que todavía es el mejor caza multifuncional de costo ajustado, sin importar que el Su-27 o el F-22 le superen en algunos aspectos.El Eagle simboliza una época entera de la Fuerza Aérea de EE.UU., desde la resaca de Vietnam hasta el período de la dominación posterior a la Guerra Fría. Diseñado a partir de las lecciones sacadas en Vietnam, el F-15 superó a otros cazas pesados del mundo y estableció un nuevo estándar para un avión de superioridad aérea moderna. La línea de producción de los F-15 trabajará al menos hasta el año 2019, y más si Boeing logra vender a alguien el Silent Eagle, su versión más moderna.
A raíz de Vietnam, Estados Unidos necesitaba una plataforma para lograr la superioridad aérea contra los mejores cazas de la Unión Soviética. El F-15 (complementado por el ligero F-16) proporcionó esta posibilidad. Tras el final de la Guerra Fría, Estados Unidos necesitaba una aeronave lo suficientemente versátil para llevar a cabo la misión de superioridad aérea y al mismo tiempo convertirse en un avión de ataque eficaz.
El F-15 resolvió ambos problemas.
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