Eso es especialmente cierto este año, después de que los socios occidentales se retiraran de Rusia imponiéndole sanciones por su papel en el conflicto en Ucrania, afirma Birnbaum en un artículo sobre la suscripción de decenas de contratos comerciales entre dos potencias publicado en el diario 'The Washington Post'.
"China, ansiosa por aprovechar la oportunidad, quiso intervenir para llenar el hueco. Y Rusia se lanzó a abrir puertas a la inversión china en sus yacimientos petrolíferos, extendió la alfombra roja ante los líderes chinos y se puso a espolear las otrora estancadas negociaciones sobre la cooperación en un gran número de sectores", dice el periodista.
De entre los 38 acuerdos firmados en Moscú este lunes el periódico destaca la concesión de garantías interestatales para la inversión de más de 4.000 millones de dólares por parte de bancos chinos en distintos negocios rusos. A juicio del periodista, eso supone un "importante sustento en un momento en que las sanciones han secado el financiamiento occidental".
Para demostrar la importancia de la inversión china, el corresponsal del diario estadounidense cita a un experto ruso, Vasili Kashin, del Centro para el Análisis de Estrategias y Tecnologías. "Hong Kong es ahora especialmente importante para Rusia, porque es el único gran centro financiero que está fuera del control político de Occidente".
Birnbaum cita también una advertencia del mismo experto sobre la perdurabilidad que tendrán las consecuencias de la actual aproximación de Rusia hacia China, inducida por la actitud de los países europeos y norteamericanos. A diferencia de las sanciones, que pueden ser impuestas o levantadas por los políticos en cualquier momento, el estrechamiento de lazos con Pekín es irreversible.
"Durante esta crisis, los rusos establecerán nuevos vínculos con nuevos socios e, incluso si las condiciones políticas actuales se transforman, las relaciones probablemente no volverán a su punto inicial", dijo Kashin.
Otro artículo de 'The Washington Post' que también aborda el tema de la cooperación entre Pekín y Moscú revela que Washington está preocupado hasta la obsesión por la posibilidad de que "los acontecimientos en Ucrania se repitan en el mar de China Oriental o el mar de China Meridional", unas preocupaciones que el autor del texto, el politólogo Daniel Drezner, considera exageradas. Sin embargo, en su opinión, de los dos socios geopolíticos, China presenta un desafío mucho mayor a largo plazo que Rusia para los intereses estadounidenses.