Al menos 150 efectivos con cinco carros de combate Abrams M1A2 y once vehículos blindados Bradley de la 1.ª Brigada de la 1.ª División de Caballería Acorazada de EE.UU. están estacionados en la localidad de Adazi, al noreste de Riga, la capital letona. Fueron enviados al lugar para participar en los ejercicios militares Silver Arrow 2014, pero el simulacro acabó el día 6 de octubre y las tropas norteamericanas no parecen tener intención de marcharse.
"Esto es mucho más que una mera misión de entrenamiento", declaró en una arenga, citada por Reuters, el comandante de la mencionada unidad del Ejército, John di Giambattista. "Es más que un mero viaje a otro lado del Atlántico, es mucho más que unos ejercicios de entrenamiento multinacionales. De esta manera demostramos la dedicación de nuestro país a calmar a nuestros aliados de la OTAN".
Los militares letones dan la bienvenida al mayor despliegue de la fuerza estadounidense en el territorio de la antigua Unión Soviética como una medida de disuasión ante lo que perciben como una "amenaza rusa", según la fuente.
"Honestamente, desde la independencia no hemos tenido ninguna oportunidad de trabajar con los tanques como hacen los aliados y ahora nos ocuparemos de eso", dijo el jefe de una brigada de Infantería letona, Martins Liberts.
Los destacamentos de la 1.ª División de Caballería sustituirán a la tropas ligeras desplegadas en los países bálticos en marzo pasado, inmediatamente después de que Crimea determinara su salida del Estado de Ucrania y su reunificación con Rusia mediante un referéndum. La maquinaria principal de estas unidades son los carros de combate pesados Abrams M1A2, que presentan una modificación novedosa del modelo usado por primera vez en un combate en 1991, durante la Guerra del Golfo Pérsico. Normalmente están equipados con un cañón de ánima lisa de 120 milímetros y tres ametralladoras, sistemas de cortina de humo, de defensa antiaérea y de blindaje activo.