El Estado Islámico utiliza estratégicamente el sexo como recompensa por las agresiones
"El sexo es la manera más primitiva que tiene una persona para reafirmarse; es un medio para perpetuar el nombre y los genes de un individuo en el futuro. El Estado Islámico utiliza estratégicamente el sexo como recompensa por las agresiones", escribe el psicólogo.
El grupo militante ha establecido centros de matrimonio en los que las mujeres se inscriben para casarse con combatientes del EI. Las mujeres y niñas iraquíes capturadas están condenadas a la esclavitud sexual en burdeles administrados por las yihadistas; asimismo, la violación de infieles se considera legítima, mientras que las 'fatwas' (sentencias religiosas) que proclaman una 'yihad sexual' alientan la brutalidad contra las mujeres.
"Por último, el martirio se asocia con la felicidad sexual en el paraíso", añade el profesor.
Victimizar a los musulmanes para reclutar yihadistas
Además, desde hace tiempo los líderes islamistas recurren a la opresión que supuestamente sufren los musulmanes en todo el mundo. Así, ya en 1997 en una entrevista en CNN Osama bin Laden declaró de manera fulminante: "La mención de EE.UU. nos recuerda ante todo a todos los niños inocentes que fueron descuartizados, sus cabezas y brazos cortados". Victimizando a los musulmanes de todo el mundo se consigue con éxito reclutar a jóvenes yihadistas, algunos de los cuales proceden de familias pudientes que no han sufrido ni la pobreza ni la opresión.
Un ejemplo de esos jóvenes es Nasser Muthana, un británico de 20 años miembro del Estado Islámico que tenía la oportunidad de escoger entre cuatro universidades que lo aceptaron para cursar los estudios de medicina. Otro radical islámico, Muhammad Hamidur Rahman, quien murió en agosto combatiendo en Siria, tenía un buen trabajo en el Reino Unido y su padre era propietario de un restaurante.
Ambos jóvenes parecían tener el futuro asegurado, y sin embargo los concomía el dolor y la humillación que, según los ideólogos extremistas, sufre la comunidad musulmana. Estos jóvenes, como muchos otros, se convirtieron en víctimas del "magnético atractivo del extremismo del Estado Islámico", cuya estrategia de reclutamiento se perfecciona diariamente en las redes sociales a nivel mundial.