Los kurdos creen que estas píldoras son anfetaminas, lo que explica la impavidez suicida de los yihadistas durante las batallas y la brutalidad bestial con la realizan atrocidades: violaciones, decapitaciones y crucifixiones.
"Llevan cantidades de pastillas que siguen tomando. Esto parece volverlos aún más locos. Se vuelven agitados y están dispuestos a castigar a niños incluso por cosas insignificantes", contó a 'The Daily Mirror', Ekram Ahmet, un kurdo que sacó a su familia de Kobani.
El análisis de la voz del 'yihadista John' sugirió, según 'The International Business Times', que estaba bajo la influencia de anfetaminas cuando decapitó al rehén británico David Haines.
Es muy posible que se trate de la droga captagon, sobre la que informó la agencia Reuters en enero pasado.
De acuerdo con Reuters, el colapso de la infraestructura estatal, el debilitamiento de las fronteras y la proliferación de grupos armados durante los casi tres años de conflicto, ha transformado a Siria en un importante centro de producción de drogas, en especial de captagon.
Además, el consumo de captagon ha crecido notablemente. Según los psicólogos, esta sustancia ayuda a los combatientes a soportar duras batallas, largas jornadas sin dormir e incluso el dolor si son torturados.
Asimismo, los médicos revelan que también los civiles sirios están experimentando cada vez más con estas pastillas, que se pueden conseguir por un precio de entre 5 y 20 dólares.