El subteniente Rochereau murió el 26 de abril de 1918 en Bélgica tras resultar herido en combate cerca de la aldea de Loker. Fue galardonado con una Legión de Honor póstuma por su valentía y su nombre está en el monumento de su pueblo natal a los caídos en la Primera Guerra Mundial.
Los padres del oficial mantuvieron su cuarto exactamente como estaba el día que marchó al frente. Cuando vendieron la casa en 1935 hicieron que los nuevos propietarios firmaran una cláusula en la que se estipulaba que la habitación donde su hijo había nacido en 1896 no se podía cambiar ni tocar por espacio de 500 años.