La primera salida de un submarino nuclear chino lejos de las costas nacionales –en el Océano Índico– constituye un ejemplo de las capacidades de uso de la flota submarina del país, opina el periodista Jeremy Page un artículo para 'The Wall Street Journal'.
En primer lugar, las naves chinas han alcanzado un nivel de autonomía que les permite realizar tareas no solo dentro de sus fronteras marítimas, sino en cualquier parte de la región. En segundo lugar, la maniobra estuvo protagonizada por un submarino de ataque destinado para 'cazar' submarinos rivales. En tercer lugar, China no ha hecho un secreto de su operación: la revelación se hizo de una manera clara y transparente como si los chinos anunciaran "tenemos una flota profesional, tenemos fuerzas submarinas y operamos globalmente", según Page.
Para China, la operación constituye un "símbolo del triunfo de la nación y una razón para el miedo de los enemigos", en palabras del almirante Wu Shengli según recoge el periodista. Para Occidente, es la demostración de la capacidad tangible de China de atacar. Y, si fuera necesario, las costas de EE.UU., aunque los militares estadounidenses están seguros de la superioridad de sus fuerzas navales en un posible conflicto. Esto se debe también a que la flota china depende de los estrechos de los océanos Índico y Pacífico, que son relativamente fáciles de vigilar o bloquear.
Pero ninguna de las partes está interesada en un conflicto que recuerda la rivalidad entre EE.UU. y la URSS: ambos países tienen economías enormemente interdependientes, afirma el periodista. Sin embargo, tanto EE.UU. como China seguramente seguirán desarrollando medidas y contramedidas para protegerse ante posibles ataques y es poco probable que este círculo se rompa próximamente, admitió el especialista en misiles nucleares y profesor de la Universidad de Renmin en Pekín Wu Riqiang, citado por Page.