En las imágenes se aprecia como las personas parece que ni siquiera notan ya la presencia los cadáveres en descomposición, ni las cabezas empaladas y colocados en vallas en toda la ciudad, que se ha convertido en un centro de reclutamiento para los extremistas.
Los cadáveres aparecen diseminados por en aceras y caminos, algunos de ellos atados a vallas, con sus cabezas cortadas colocadas entre sus piernas, mientras los combatientes vestidos de negro patrullan las calles.
"Odian ver los asesinatos, pero no pueden hablar por miedo", comentó un civil al diario.
A finales del septiembre un informe de la Comisión de Investigación sobre Siria de la ONU confirmó que los radicales del Estado Islámico exponen deliberadamente a niños sirios a la violencia y tratan de "adoctrinarlos".