"Estas acciones se transmiten en tiempo real a los CAD (central asistida por ordenador) o RTCC (centro en tiempo real contra el crimen), permitiendo a los comandos utilizar esta información para apoyar a los oficiales en el campo", dice la compañía.
Este invento está siendo promocionado como un salvavidas en situaciones en las que un agente de policía requiere apoyo, pero no puede llamar a pedir ayuda. "Esa es la peor pesadilla para cualquier oficial de Policía en servicio", reconoce el alguacil del condado de Santa Cruz Phil Wowak, en declaraciones a AP.
La tecnología necesita una conexión a internet y requiere que los oficiales lleven consigo un pequeño dispositivo que, según la compañía, encajaría en el mango de la mayoría de las armas de la Policía. Un pequeño sensor equivalente por su peso a una bala estaría conectado al teléfono móvil del oficial a través de Bluetooth.
"Es el mismo tipo de sensor que utiliza el iPhone para cambiar la pantalla de vertical a horizontal al girar el teléfono hacia", dijo el vicepresidente de marketing de la empresa, Jim Schaff. "Solo el nuestro es mucho más potente", subraya.
"El oficial simplemente lo inserta en la parte posterior del arma de fuego. Ellos ni siquiera se acordarán de que lo tienen ahí", explica Schaff, que espera que su tecnología pueda ser implementada en todo el país el próximo año.
Es importante señalar que el arma no puede ser disparada a distancia utilizando esta tecnología, ya que el dispositivo no está de ninguna manera conectado con el mecanismo de disparo. Esto significa que el sistema carece de un mecanismo de desactivación remota, por lo que si el arma cae en manos equivocadas, el legítimo propietario será notificado, pero no será capaz de hacer nada para desactivarla.