El Departamento de Defensa de Australia está investigando un incidente ocurrido en Afganistán en el que un cabo de las fuerzas especiales cortó las manos derechas de los cadáveres de tres insurgentes del movimiento talibán para llevarlas a la basa militar y tomar las huellas dactilares, informa 'The Guardian'.
Los representantes de Defensa del país oceánico se niegan a comentar la situación hasta que la investigación haya concluido. "Defensa sigue investigando un potencial caso de mala conducta durante una operación combinada entre las fuerzas de seguridad nacionales afganas y el Grupo de Operaciones Especiales de Australia en la provincia de Zabul, Afganistán, el 28 de abril de 2013", dijo un portavoz del ministerio.
El informe de ABC revela que los soldados australianos estaban buscando a un fabricante de bombas cuyo nombre en código era 'Rapier'. Durante la operación especial los soldados necesitaban recoger información biométrica de los talibanes muertos, como huellas dactilares, para posteriormente identificarlos.