Cinco temibles guiones de apocalipsis por Internet

El miedo ante un inminente ataque cibernético global y altamente destructivo está muy difundido entre los estadounidenses. ¿Cuáles son los guiones más probables y más temibles de la ciberguerra, según opinan los propios habitantes de EE.UU.?
Según un sondeo realizado por la Universidad Elon y el Centro de Investigaciones Pew, el 61% de los encuestados están convencidos de que antes de 2025 se producirá una catástrofe originada en Internet. Algunos vinculan los riesgos con el antagonismo político que observan en el mundo de hoy. Otros creen que un simple 'hacker' puede provocar en un momento dado una reacción en cadena con repercusiones a escala mundial.

Los sociólogos elaboraron cinco guiones diferentes de una eventual guerra cibernética en un futuro próximo. 

1. China desatará una guerra digital 

Todo comenzará con un ataque masivo a los servidores de los servicios especiales y las Fuerzas Armadas de Corea del Sur y Japón por parte de China. Un conflicto en el mar de China Meridional y el de China Oriental podría servir de pretexto para ese ataque premeditado. 

No solo se verán amenazados los ordenadores militares, sino también el sistema de comunicación global, que depende de cables tendidos en el fondo del mar, así como el 25% del comercio mundial por vía marítima. El conflicto puede degradar rápidamente hacia una guerra mundial.

Es precisamente China el país al que Washington atribuye el reciente ataque contra Apple iCloud. 
 

2. Pequeños países contra grandes potencias

La paz en el mundo depende cada vez más de Internet y no del escudo antimisiles, aunque de momento los potentes arsenales protegen eficazmente los grandes países de un eventual ataque por parte de sus vecinos más débiles.

En un futuro los países pequeños tendrán la oportunidad de dictar su voluntad incluso a las superpotencias. Si sus servicios secretos consiguen el acceso, por ejemplo, a los sistemas de administración de las armas nucleares de EE.UU., los Gobiernos de los países menos poderosos podrán exigir y obtener todo cuanto deseen. El progreso tecnológico contribuirá a dibujar este escenario.

3. Crueles guerras entre pequeños grupos 

Hay personas que suponen que para el año 2025 los Estados habrán dejado de existir como tales o perderán su relevancia. El nuevo mundo se fundamentará en la vida que cada uno lleva en Internet. Los usuarios se reunirán en corporaciones y grupos de influencia.

En este contexto se desencadenará una guerra cibernética a partir de disensiones 'feudales' entre las distintas fracciones virtuales. Movimientos ya existentes como Ocupa Wall Street o el 'Tea Party', u otros que aparecerán entonces, se verán envueltos en una lucha encarnizada que solo requerirá del ataque de un 'hacker' para desatarse.

4. Los ricos volverán a ganar

'Hackers' de ideología anarquista u otros luchadores por la justicia social perpetrarían una ola de ataques cibernéticos con el objetivo de perjudicar al gran capital. Pero no solo las grandes compañías o bancos serían víctimas de esos ataques, sino también, y especialmente, sus clientes.
  
Los multimillonarios pueden perder mucho en esa guerra, pero los civiles, que dependen del sistema de circulación de dinero que fundaron, lo van a perder todo. Los pasaportes, los depósitos bancarios, las tarjetas sociales y muchas otras cosas necesarias para sobrevivir en el mundo actual se habrán transferido definitivamente al mundo digital y en la hora 'H' dejarán de existir por completo. Mientras, los peces gordos en todo momento podrán sacar un lingote de oro de debajo del colchón.

5. Recuperación de una antigua doctrina 

En la época de la Guerra Fría se elaboró el principio de Destrucción Mutua Garantizada (Mutual Assured Destruction, o MAD, en inglés). EE.UU. y la URSS disponían de armas nucleares que les permitían destruirse el uno al otro en pocos minutos, motivo por el cual temían atacarse. En el futuro de la tecnología punta este principio puede salvar de nuevo a la humanidad. 

Si los Estados siguen existiendo, es muy probable que contraigan un pacto de caballeros, ya que el miedo de todas las partes a que se produzca un potente contraataque prevendrá el ataque inicial, circunstancia que permitirá evitar un desastre cibernético. Sin embargo, no se podrán descartar eventuales ataques por parte de grupos terroristas o países pequeños.