El malestar económico y la parálisis política presentes en Europa hacen que resulte fácil imaginar una eventual ruptura de la Unión Europea, indica el rotativo en un extenso artículo en el que sugiere que el ambiente que se respira en la Europa de 2014 es siniestramente parecido al del preludio del estallido de la guerra de 1914.
"Todo el mundo sabe que estamos gestionando nuestros asuntos colectivos terriblemente y peligrosamente mal", indica.
En Francia muchos tienen la mirada puesta en la líder ultraderechista Marine Le Pen, mientras Hollande fracasa a la hora de solucionar los graves problemas económicos que padece el país. España e Italia están tratando de salir de su crisis. En Alemania, los bancos están seriamente endeudados y su economía, basada en la exportación, está quebrando. Y la situación no podía ser menos alentadora para Londres.
"La Gran Recesión no ha terminado todavía y la inminente deflación de la eurozona podría suponer un duro golpe para la frágil recuperación del Reino Unido", señala el artículo.
Además, la semana pasada Bruselas comunicó a David Cameron que el Reino Unido debe pagar 2.100 millones de euros (unos 2.700 millones de dólares) adicionales al presupuesto europeo. Una exigencia que Cameron se ha negado rotundamente a cumplir.
Según el artículo, en Europa se buscan soluciones a corto plazo y se trata de garantizar la seguridad comprometiendo servicios básicos.
"Es como si el propietario de una casa cancelara el seguro contra incendios para ahorrar dinero", subraya el texto.
Por otro lado, los ciudadanos exigen líderes fuertes, pero acaban votando a favor de Gobiernos débiles.
Recordando a los políticos que gobernaban el Reino Unido en los albores de la Primera Guerra Mundial, el autor agrega: "El primer ministro Herbert Henry Asquith y el ministro de Exteriores Edward Grey tampoco querían llevarnos a la guerra en 1914, pero acabaron implicados en ella. Merkel y Hollande tienen el mismo problema, pero a la inversa".
Desde hace varios años se reproducen las opiniones que apuntan que la Unión Europea no es eficiente en su trabajo. Especialmente desde que empezase a aplicar políticas de austeridad y de restricciones las cuales afectan seriamente a la vida de los ciudadanos de varios países miembros. Según el europarlamentario de Bildu Josu Juaristi, la mayor fractura actual radica entre la élite política y la sociedad.