Este proyecto ha sido lanzado por el Departamento de Defensa para identificar nuevas tecnologías que podrían garantizar el dominio en el campo de combate del futuro. El sistema de defensa de EE.UU. "es excelente en imponerse nuevos costes a sí mismo", sostiene Paul Scharre. Y añade: "Hemos creado precios que nos echan fuera del negocio de defensa".
La causa de los altos precios, según el autor del informe, es que el Departamento de Defensa a menudo utiliza el método de "cueste lo que cueste" en el diseño de armas de nueva generación, y los altos costes conllevan menores cantidades, lo que significa menos capacidades en general. La solución a este problema podría pasar por un nuevo paradigma que permita a EE.UU. utilizar armas de alta calidad y en grandes cantidades, concluye Scharre.
"Si nuestro 'enemigo' son los largos períodos de desarrollo y su complejidad, entonces la simplicidad y los cortos períodos serán la solución", opina Scharre. El experto propone crear plataformas modulares, de tal forma que no haya que reemplazar buques o aviones enteros, sino cambiar el armamento instalado en estas unidades con el desarrollo de nuevas tecnologías.
Otro método para diseñar nuevas armas, propone Scharre, pasaría por dividir los sistemas en varios componentes utilizados para misiones específicas. Se trataría de sistemas autónomos no tripulados llamados "enjambres" que ofrecen una mejora del armamento actual y reducción de costes. Además, las mayores cantidades de unidades se traducirían en un incremento de los gastos militares de los potenciales adversarios y más blancos, sostiene el experto.
El pasado mes de agosto la Marina de EE.UU. probó un enjambre de trece botes operados por un solo marino. "Utilizando el potencial de los enjambres, los militares podrán controlar múltiples unidades, incluso si carecen de personal", supone Scharre.
Según él, el método de "inundar la zona del combate" debe ser una opción para las fuerzas de EE.UU., de tal forma que grandes cantidades de sistemas autónomos y baratos podrían aplastar la defensa del enemigo. "Debido a su persistencia, los sistemas no tripulados podrían infiltrarse en la zona de combate antes del inicio de la confrontación sin ser detectados", concluye el autor del informe.