Objetivo: Salvar Alepo de la destrucción y la barbarie del Estado Islámico

Después de Kobani hay que salvar a Alepo. El ministro de exteriores de Francia, Laurent Fabius, urge a la coalición internacional centrar sus esfuerzos en la ciudad siria, afectada por la guerra y la expansión del Estado Islámico.
Alepo, la capital de la revolución en Siria, se enfrenta una fuerte crisis humanitaria debido a la falta de alimentos, agua potable y electricidad. Por una parte, la importante ciudad siria sigue siendo escenario de la guerra civil, donde los rebeldes 'moderados' pierden terreno ante la ofensiva del ejército gubernamental. 



Por otra parte, una nueva amenaza se cierne sobre la ciudad: a poco más de cien kilómetros, se encuentra la autoproclamada capital del Estado Islámico. Con lo cual, los residentes, aterrorizados por el grupo yihadista, temen que la situación humanitaria pueda agravarse aún más.  

 
 
Los habitantes de Alepo se han acostumbrado a la guerra. La ciudad está destruida, dividida al noroeste por los rebeldes del Ejército Libre y del Frente Al Nusra de Al Qaeda, y al noreste por el avance del Estado Islámico. El principal problema de la ciudad es la falta de seguridad. Sin embargo, no es el único: también arrecian la carencia de alimentos y de los suministros básicos.



En el mercado, el lugar quizás más concurrido de la urbe, pueden hallarse aún frutas y verduras. Y en menor medida, carnes sin refrigerar y hasta en clara descomposición. Pero los precios de los alimentos han subido mucho por el dólar. 

Otro problema estriba en que muchos de los habitantes de Alepo han perdido sus trabajos. Antes una prospera ciudad industrial, la ciudad está hoy devastada económicamente. Al caer la noche, la carencia de suministros básicos se hace evidente: sus habitantes tienen solo 2 o 3 horas de electricidad, así que la gente suele utilizar generadores y linternas.  

Precios elevados, carencia de alimentos, racionamiento de los suministros básicos: así es la triste realidad de la ciudad siria.  Problemas que hacen temer una crisis humanitaria y evidencian la necesidad de salvar la urbe.