Israel, decidido a sustituir la mezquita Al Aqsa de Jerusalén por un templo judío

El ministro de la vivienda de Israel ha desmentido las declaraciones de Benjamin Netanyahu sobre la preservación del status quo de la mezquita Al Aqsa, uno de los templos más sagrados para los musulmanes.
Varias horas después de que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmara no tener intención de cambiar el status quo de la mezquita Al Aqsa, el ministro de la vivienda de Israel, Uri Ariel, declaró que un templo judío sería construido en este lugar, según relata 'Middle East Monitor'. 
 
El titular israelí subrayó que Israel no podía mantener el estatus de la mezquita porque ésta "fue construida en el sitio más sagrado de Israel". La mezquita fue construida en el año 705 d.C. sobre las ruinas del antiguo Templo de Salomón.
 
Ariel añadió que la construcción del tercer templo judío en el sitio de Al Aqsa es la primera exigencia de la Torá porque "es la vanguardia de la salvación de los judíos", según 'Middle East Monitor' cita al ministro.
 
En respuesta a las crecientes tensiones en las zonas que rodean este sitio sagrado, Netanyahu llamó a "todos los miembros de Knesset a calmar las tensiones acerca de la Esplanada de las Mezquitas y demostrar responsabilidad y reserva".
 
Algunos representantes de las autoridades israelíes temen que las acciones que se adopten en relación a este sitio sagrado puedan causar la "tercera intifada palestina", según afirma el periódico.
 
La semana pasada se registraron enfrentamientos en Jerusalén Este después de que las fuerzas de seguridad israelíes asesinaran al supuesto autor del homicidio del activista israelí de extrema derecha Yehuda Glick.  

De hecho, la situación en el sitio sagrado fue tan tensa que tras la muerte de Glick las autoridades israelíes decidieron cerrar el área, lo que causó indignación entre la población palestina. El presidente Mahmoud Abbas comentó que el bloqueo de la zona "es casi igual a una declaración de guerra".
 
Pese a la toma de la ciudad antigua de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días por Israel, los judíos no tienen derecho a rezar en la Esplanada de las Mezquitas, mientras los palestinos pueden visitar la mezquita en todo momento.