"Es imposible reescribir la historia, aunque muchos intentan hacerlo, tanto en Serbia, en el territorio de la exYugoslavia, como en el territorio de la extinta URSS. A veces, con estos manuales reescritos dan clases a los niños, esperando que habrá una nueva generación que se olvidará de las páginas temibles de la historia que no son 'ventajosas' desde el punto de vista de los desafíos políticos contemporáneos. Es un error muy profundo. No se pueden borrar los hechos históricos de la memoria humana, por más que se reescriban los manuales", insistió Kiril durante sus conversaciones con el presidente serbio Tomislav Nikolić en Belgrado.
Este 14 de noviembre comienza la visita del jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kiril, a Serbia. El viaje, que durará hasta el lunes, es el primero que el patriarca emprende al país desde su nombramiento, en 2009.
La mayor parte de la visita está relacionada con la conmemoración del primer centenario del comienzo la Primera Guerra Mundial. El patriarca de Moscú y de Todas las Rusias tiene programado bendecir una capilla restaurada en el territorio de la necrópolis rusa de Belgrado, ofrecer una misa en memoria de los militares serbios y rusos que fallecieron en la contienda e inaugurar un monumento al emperador ruso Nicolás II, especialmente respetado en Serbia. La estancia de Kiril en el país culminará el domingo con un servicio solemne que realizará junto con el patriarca Irinej, el máximo representante de la Iglesia ortodoxa serbia, en una de las mayores catedrales ortodoxas del mundo, el templo de San Sava.