El hombre fue sentenciado a muerte, ya que "tomaba dinero de los musulmanes ilegalmente", acusándoles de ser renegados, y malversaba fondos del 'Tesoro' del EI, detalla el OSDH en su página web. El alto dirigente sirio fue decapitado en la ciudad de Al Mayadin, en el este del país, y su cadáver fue colgado en una cruz improvisada.
Según el Observatorio, no es el único caso de disputas a alto nivel dentro de la milicia yihadista. Informa, haciendo referencia a fuentes propias, que esta semana ejecutó, además, a dos ex altos dirigentes del grupo rival Frente al Nusra, quienes desertaron y se unieron al Estado Islámico, argumentando que habían luchado en su contra.
La Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria presentó este 14 de noviembre un informe. En el documento, según lo cita Europa Press, califica las actividades del EI como "crímenes contra la humanidad" y "crímenes de guerra" en referencia al "uso del terror para subyugar a los sirios en sus zonas de control". El grupo es ampliamente conocido por sus atrocidades sobre la población civil, tras esclavizar a mujeres y niñas, realizar "ejecuciones, amputaciones y flagelaciones en público" y "exhibir cuerpos mutilados".