El Pentágono ha iniciado una investigación sobre la filtración de los documentos clasificados que aparecieron en la página web WikiLeaks, según una declaración oficial del esta institución militar. Más de 90.000 expedientes sobre operaciones militares en Afganistán fueron publicados el pasado domingo.
Anteriormente ya se había informado extraoficialmente que las autoridades militares norteamericanas están buscando a los culpables de la filtración de los documentos secretos. Del mismo modo, un analista de la inteligencia de EE. UU., Bradley Manning, fue arrestado en mayo acusado de publicar en la página WikiLeaks un vídeo de un ataque de las fuerzas aéres de EE. UU. en Bagdad que provocó varios muertos civiles, entre ellos dos periodistas de la agencia Reuters. La aparición de los expedientes clasificados afganos será investigada por el mismo departamento del Ejército que lleva la causa de Manning. El portavoz del Pentágono, Dave Lapan, declaró que esta vez no buscarán a una persona en concreto, sino que aplicarán un enfoque más amplio para identificar a los culpables.
WikiLeaks publicó cerca de 92.000 documentos referentes a la campaña afgana desarrollada durante el periodo comprendido entre 2004 y 2009. Los documentos revelan fallos cometidos por los militares internacionales que costaron la vida a varios civiles afganos. Además, de acuerdo con los informes publicados, se puede saber que los militares estadounidenses y británicos sospechan que Pakistán e Irán ayudan al movimiento Talibán. Asimismo, los expedientes hechos públicos desmienten la versión oficial de los participantes occidentales de la guerra en Afganistán según la cual habían perdido las huellas de Osama Bin Laden en el año 2000. Los documentos publicados revelan que los servicios especiales de EE. UU. recibieron datos sobre su posible ubicación en 2006.
El fundador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, declaró que no tiene razones para dudar de la autenticidad de los informes y prometió publicar próximamente cerca de 15.000 documentos más sobre el tema. Washington reprobó la publicación de los expedientes clasificados. De hecho, según el consejero del presidente para la Seguridad Nacional, James Jones, la revelación de los datos secretos aumenta el riesgo que corren los militares destinados en las zonas de conflicto.