"Si se tiene en cuenta el coste completo de mantenimiento de cada avión durante 56 años [su ciclo de vida programado], el precio de una unidad superará los 670 millones de dólares", dice Patrick Tucker. "Lo que significa que valdrá literalmente más que su peso en el oro".
La empresa Lockheed Martin estimó en un total de 83.400 millones el presupuesto del diseño, las pruebas y la fabricación de los 459 cazas de este modelo requeridos por el Pentágono. Dividida por este número de unidades, la suma montante resulta en unos 180 millones de dólares por avión.
Sin embargo, hasta el momento las autoridades solo han calculado los costes de producción, sostiene el experto. La Oficina Gubernamental de Contabilidad ya ha descubierto este año que el programa de compras exigirá muchos más gastos. Tucker ofrece su propia estimación del conjunto de los gastos que implica el servicio de una aeronave furtiva con todos los sistemas de armamento que la diferencian de los aviones del siglo XX.
En un artículo publicado en el periódico 'The Fiscal Times', el mismo autor propone cinco maneras más útiles de invertir el dinero que le cuestan al Gobierno de EE.UU. una o dos aeronaves militares: por ejemplo, extinguir los focos del ébola, prevenir las previsibles guerras por el acceso al agua o poner en práctica innovadoras tecnologías de generación eléctrica.
Además, dentro del presupuesto militar, en lugar de un caza resultaría más económico producir escuadrillas enteras de vehículos aéreos no tripulados, como el MQ-9 Reaper, cuyo coste es de 'tan solo' 14,4 millones de dólares.