En vísperas de la votación sobre el proyecto del oleoducto Keystone XL en la Cámara Alta de EE.UU., sus opositores han escogido una forma de protesta inusual. En concreto, los manifestantes han colocado una tubería inflable en el patio de la senadora Mary L. Landrieu., de Luisiana, quien apoya la iniciativa. Además, han señalado que si la senadora está de acuerdo con el proyecto, la instalación podría pasar por su propiedad.
El oleoducto Keystone XL transportaría crudo desde Canadá hasta el golfo de México, y los promotores de esta iniciativa prometen grandes beneficios para las refinerías estadounidenses. Sin embargo, también podría causar daños irreparables al medio ambiente, según denuncian los ecologistas.
Por su parte, el activista de la organización Sane Energy Project, Erik McGregor, opina que el oleoducto está dirigido contra las comunidades indígenas de EEUU, y en caso de que se construya, Washington retomaría el genocidio de estos pueblos.