La rivalidad entre EE.UU. y China se extiende cada vez más a los ámbitos económicos e institucionales. Al tiempo que EE.UU. trata de impulsar la Asociación Trans-Pacífico (TTP), un nuevo acuerdo de libre comercio regional que excluye a China, "Pekín está implementando una nueva estrategia para la transformación de su propia fuerza económica en liderazgo regional", subraya un artículo publicado en 'The National Interest'.
En este sentido, Darren Lim, autor del artículo, indica que previamente "China utilizó canales bilaterales para construir relaciones y adquirir influencia y ahora es líder en iniciativas multilaterales", encabezando el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) y otras importantes organizaciones financieras fundadas en el país asiático.
Las diversas iniciativas económicas y financieras impulsadas en la región por Pekín pueden "eclipsar al Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo como instituciones multilaterales de crédito dominantes en Asia, sacudiendo los cimientos del orden regional establecido por EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial", señala Lim.
Otro punto que destaca el articulista es la idea de que la "tranquilidad es la clave para el liderazgo". Y, en este sentido, señala que "a pesar de sus ofertas económicas lucrativas, China está poniendo nerviosos a muchos en la región" en referencia a la escalada de tensión en Asia Oriental, donde el gigante asiático defiende sus intereses geopolíticos y se muestra decidido a no ceder.
Para llevar a cabo el liderazgo "China tiene que convencer a sus vecinos que no representa una amenaza a sus intereses fundamentales de seguridad", sostiene el autor al respecto.