"Aprecio que te preocupes tanto. A veces tienes que hacer lo que tienes que hacer. Esto es lo que creo que es correcto". Esa fue la última información que su madre Monique recibió de su hija, según el portal NL Times.
Monique, que vive en la ciudad holandesa de Maastricht, viajó a Siria a finales de octubre para tratar de rescatar a su hija, pero todo fue en vano. Sin embargo, tras recibir un "grito de petición de ayuda" de su hija, fue a Siria de nuevo. "Ella quiere volver a casa, pero no puede salir de Raqqa sin ayuda", dijo Landerloo.
Sometimes you've got to do what you've got to do': Dutch mother defies warnings and travels to Syrian city of... http://t.co/2p04ehnvF0
— EDL Unplugged-Debate (@EDLUnplugged) November 19, 2014
Monique pidió a la policía de Maastricht que la ayudara a traer a su hija de vuelta a los Países Bajos. Sin embargo, sus súplicas resultaron de poca ayuda, limitándose las autoridades a decirle que era demasiado peligroso viajar a Siria y que ayudar a los terroristas del Estado Islámico es un delito punible.
Monique voló a Turquía y se dirigió a la frontera con Siria. Ataviada con burka, se fue a al-Raqqa, una base clave del Estado Islámico en Siria, donde a través de las redes sociales logró organizar un encuentro con Aicha.
Monique y Aicha, que ahora tiene 19 años, se encuentran actualmente en Turquía, donde la adolescente permanece detenida por las autoridades porque ella entró en Turquía desde Siria sin pasaporte. Según el abogado de la familia, el Ministerio neerlandés de Exteriores está negociando el regreso de la joven a su país natal. Landerloo dijo el reencuentro entre la madre y su hija fue "emotivo".