"Angela Merkel ha criticado a Putin por su estrategia de extender la esfera de influencia de Rusia por el este de Europa. La Canciller no reconoce que el dominio de Alemania en varios países de Europa ha sido desastroso", sostiene Bryan MacDonald, periodista y colaborador de RT en la sección de opinión.
El discurso de Merkel en el marco del G20 estuvo cargado de crítica hacia Rusia, si bien "la UE ha practicado durante los últimos 20 años
lo mismo por lo que está criticando el Kremlin", opina MacDonald. "La UE tiene dificultades", dice el periodista, que sostiene que la inestabilidad política "se extiende desde Dublín hasta Madrid", mientras los candidatos a ser miembro "han calmado sus aspiraciones de formar parte del organismo".
En 1990 el presidente de Francia, François Mitterrand, dijo a Margaret Thatcher que "la reunificación dará a Alemania más poder que el que Hitler tuvo jamás", lo que, según cree MacDonald, era una previsión exacta.
"No se trata solo de Ucrania, sino de Moldova y Georgia. Si la tendencia continúa, deberemos plantear el problema de Serbia y los Balcanes occidentales. ¿Cómo puede pasar algo similar en Europa? Las antiguas ideas de las esferas de influencia no deben implementarse", dijo la mandataria alemana la semana pasada en Australia.
MacDonald sostiene que Viktor Orbán y Robert Fico, primeros ministros de Hungría y Eslovaquia, respectivamente, están haciendo "lo justo" para sus países en su intento por reforzar las relaciones con Rusia en vez de "hacer reverencias a Berlín". Esta política, opina MacDonald, "ofende a Merkel, ya que esta orientación disminuye la influencia económica de Alemania en estos países".
El pasado lunes unos 10.000 manifestantes indignados por la gestión del Gobierno de Orbán salieron a las calles de Budapest. La gente se indigna por las recientes leyes controvertidas, como el impuesto al tráfico de Internet, y el acercamiento del país con Rusia, según 'International Business Times'.
El mismo día, en el marco de las celebraciones por el aniversario de la Revolución de Terciopelo en Praga se organizó una marcha en la que los manifestantes mostraron tarjetas rojas al presidente de la República Checa, Miloš
Zeman, que viene mostrando su respaldo a Rusia, cuenta 'WSJ'.