Los incendios forestales en Rusia se han cobrado ya 40 vidas humanas, quemando aldeas enteras y acercándose a Moscú.
Según ha informado este lunes el Centro Nacional de Gestión de Situaciones Críticas, el número de muertos a causa de los incendios forestales ha ascendido a 40.
En estos momentos se han registrado cerca de 7.000 focos de fuego en todo el país. Pese a las "sensibles mejoras" anunciadas ayer por la portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencia en Moscú, Irina Andrianova, la humareda se ha propagado por Moscú, que amaneció hoy nuevamente cubierta por un manto de humo.
La concentración de monóxido de carbono en el aire de la capital rusa duplicó este lunes las normativas oficiales a causa de los múltiples incendios de turba y forestales, resultado de las temperaturas anómalas que persisten en la zona europea de Rusia desde mediados de junio, informó un portavoz del centro ecologista Mosecomonitoring.
"Hacia las 7:00 de la mañana, los niveles de sustancias contaminantes en Moscú se aproximaron a los máximos admisibles y en algunos casos se situaron por encima. Así, la concentración máxima de monóxido de carbono dobló la normativa, y la de las partículas en suspensión, se superó en 1,7 veces", precisó la fuente.
Actualmente, a causa de los incendios forestales, en 14 regiones de Rusia se impuso el estado de emergencia. El Ministerio de Situaciones de Emergencia informó de que aumentó en diez veces el número de efectivos que participan en labores de extinción de incendios, recurriendo a la ayuda de aeronaves: aviones anfibios BE-200 y helicópteros Mi-8 y Mi-6 con cisternas, que ayudan a más de mil bomberos a combatir incendios de bosques y turberas en distritos vecinos a Moscú.
En esas zonas han sido declarados incendios en bosques y en los yacimientos de turba que son los más difíciles de apagar porque arden en el subsuelo y requieren más recursos, indicó un portavoz del Ministerio.
La turba, combustible natural de origen orgánico, arde incluso hasta a diez metros de profundidad, puede propagarse por el subsuelo a grandes distancias y aflorar a la superficie donde menos se espera.
El primer ministro, Vladímir Putin, que viajó el viernes a un pueblo de la región de Nizhni Nóvgorod, prometió 200.000 rublos (6.600 dólares) de ayuda de emergencia para cada familia sin techo, y más 3 millones de rublos (99.000 dólares) para la reconstrucción de cada casa.